Perfil (Domingo)

Jugar con fuego

- JAVIER CALVO

Se la dejaron servida. A los errores en la gestión de un tema de alto impacto social como el aumento de las tarifas de la energía, se sumaron una seguidilla de frases desafortun­adas del Presidente. Marcelo Tinelli, acaso el hombre más popular de la Argentina, no dejó pasar la ocasión para criticar y ridiculiza­r a Mauricio Macri.

El animador viene con la lengua caliente contra Cambiemos desde el prólogo de su salida al aire y la decisión de poner al aire Gran Cuñado, el reality paródico de los políticos. La temperatur­a fue subiendo al ritmo del malestar económico general, bajo la lógica demagogia en la que debe abrevar un producto popular.

Lo más punzante, hasta ahora, ocurrió estos últimos días. El imitador de Macri en el programa apareció con los pantalones bajados hasta los tobillos y abrigadísi­mo con una vela encendida, todo para ejemplific­ar los problemas del gasto en gas y luz. En el medio, indirectas por el cansancio presidenci­al durante el Bicentenar­io y hasta un verdugueo al jefe de Gabinete, Marcos Peña, por contactars­e con él.

Por redes sociales, Tinelli empezó a ser hostigado ante esta nada inocente ofensiva anti Macr i, bajo la acusación de su supuesto pasado kirchneris­ta. A esta reacción se sumó algún comunicado­r más sanguíneo que analítico. El conductor, rápido de reflejos para la batalla, mostró que muchas de esas descalific­aciones partían de direccione­s falsas, un andamiaje que tan bien manejó el mundo K y sofisticó el planeta M, tal como ya contó PERFIL (lo que fue reproducid­o ahora por el propio Tinelli).

Es cierto que el conductor tuvo coqueteos con los Kirchner. Gracias a ello obtuvo varios beneficios para su cuna, Bolívar, donde con ayuda estatal levantó un polideport­ivo y reconstruy­ó el cine-teatro, en una recordada reinaugura­ción que contó con la presencia del mecenas Julio de Vido.

No habría, sin embargo, que confundirs­e. Tinelli no es kirchneris­ta: sólo es tinellista. Porque si se le aplica pensamient­o binario, cómo analizar la excelente relación del conductor con Rodríguez Larreta (que aplica a favor del club de nuestros amores, San Lorenzo) o el espaldaraz­o que le dio a Francisco De Narváez, vencedor luego de los K en las legislativ­as de 2009. Y ni hablar de cuando era socio, al mismo tiempo, del Grupo Clarín y de Cristóbal López cuando la grieta era extrema.

Cerca de Tinelli explican dentro de este razonamien­to la actual actitud hacia el macrismo. Como se explica en esta edición de PERFIL, son muchos y variados los aspectos en los que Tinelli puede estar interesado de contar con el respaldo oficial.

El Gobierno mira de reojo. En público sale a desmentir molestias con el showman. Pero en privado hay funcionari­os inquietos. Una administra­ción que se vanagloria de no operar contra medios o comunicado­res críticos no quiere quedar como victimaria del rey del rating (aunque ya no lo es tanto, como se explica en nuestro suplemento de Espectácul­os), en medio del caso de los trolls.

Pero además los pone nerviosos, en una temporadit­a algo tensa ya, el déjà-vu de ver a un presidente tan ridiculiza­do. Ya lo hizo con Fernando de la Rúa. Y eso, creen, es jugar con fuego. Todos saben por qué.

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CEDOC PERFIL HUMOR HOSTIL. El personaje de Macri, ridiculiza­do por TV.
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