Con la nueva corte, se reparte más el peso político de lorenzetti
“Nadie es dueño del voto del otro”. Esa reflexión empezó a circular en la Corte Suprema con la flamante jura de Horacio Rosatti, uno de los hombres propuestos por el gobierno de Mauricio Macri para cubrir las vacantes que dejaron Eugenio Zaffaroni y Carlos Fayt.
La dinámica del máximo tribunal parece haber cambiado. Hasta ahora, las decisiones se concentraban en tres personas: el presidente, Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda. En el Palacio de Tribunales destacaban, sin embargo, el peso de Lorenzetti a la hora del dictado de sentencias.
El Gobierno entendió que hay un cambio en el funcionamiento de la Corte y por eso, aunque Mauricio Macri reci- bió a Lorenzetti el martes, un día antes envió al procurador del Tesoro, es decir, al abogado del Estado, Carlos Balbín, a dialogar con los cuatro ministros (aún falta que asuma Carlos Rosenkrantz). “Tuvimos un diálogo institucional. Nosotros hicimos una presentación (por el tema tarifas), hablamos de varios temas”, explicó Balbín a PERFIL, confirmando la visita.
La visita de Lorenzetti al Presidente no ofuscó a l os otros miembros de la Corte, que entienden que sus cargos tienen una estabilidad que va más allá de la presidencia del tribunal de uno u otro ministro. “Siempre y cuando no haya ido a negociar el voto de otro”, se escuchó decir a una fuente que conoce de cerca a los miembros del máximo tribunal, aunque aclararon: “No creo que haya
el lunes, el abogado del estado visitó a los cuatro ministros del tribunal
hecho eso porque acá nadie es dueño del voto del otro”.
Si bien los magistrados miran con atención los pasos de Rosatti (que pasa su tiempo leyendo fallos), hay quienes sugieren prestar atención a la irrupción de Rosenkrantz en la Corte, que todavía no se ha producido. “Tiene un perfil de liderazgo”, destacan.
Rosatti proviene del peronismo. Sin embargo, dicen quienes lo conocen, no le gusta hablar de política, sino de derecho.
Mientras tanto, el oficialismo congeló la avanzada contra Lorenzetti que inició una aliada de Cambiemos, Elisa Carrió. La visita del magistrado a Macri también es prueba de ello. La propia Carrió aseguró que el Gobierno le pidió que frenara por un mes la ofensiva. Habrá que ver qué pasa en agosto. Lorenzetti quedó muy enojado con la legisladora. Sin nombrarla, dijo que las acusaciones eran de “mala fe” y que pretendían dañar la independencia de la Justicia”. La guerra no ha terminado. Lo que no se sabe aún es qué piensa el Presidente de esto. Hay ministros que sostienen que Carrió no representa la voz del Gobierno. Otros dicen lo contrario.