La encargada del monasterio fue acusada de lavado de dinero
“Ese señor parece que sabe de mi vida más que yo misma. Es un charlatán”, fue lo primero que dijo Ana Pronesti, quien se presentó ante la televisión como la encargada del convento en el que fue capturado José López.
—¿Pero usted era la encargada del convento?
—No señor. No voy a decir nada. Esta conversación se termina aquí y ahora.
El enojo de Pronesti se produjo porque PERFIL la consultó sobre las acusaciones que hizo sobre su persona el abogado Claudio Katiz. Entre otras cosas, el letrado dijo que se trata de una prestamista, que ejecutaba deudas hipotecarias, y que, en su opinión, “lavaba dinero de funcionarios”. Este diario le hizo todas las preguntas a Pronesti para ofrecerle un descargo, pero no aceptó la propuesta.
“A Pronesti la conocí en el año 2006 al asumir el patrocinio de una señora que había sido ejecutada en un juicio hipotecario. Parte del dinero que había obtenido la demandada, provenía de Pronesti”, contó el letrado en diálogo con PERFIL. Agregó que, como consecuencia de la depresión que le causó la ejecución hipotecaria, su clienta se suicidó. “Se tomó un cóctel de cincuenta pastillas”, especificó.
Según Katiz, Pronesti obtenía el dinero de funcionarios del gobierno anterior y lo “lavaba” prestándolo a gente que necesitaba, como su clienta. El abogado especificó que según sus fuentes, Pronesti es multimillonaria, vive en General Rodríguez, y está casada con un dirigente que se identifica con La Cámpora. “El casamiento se hizo el año pasado en el convento. Obtuvo la bendición del obispo Di Monte”, precisó.
La encargada del convento contó en televisión que Di Monte la autorizaba a vestir con hábito, como las monjas. En base a los antecedentes que dice haber recabado, Katiz pide que la Justicia llame a indagatoria a Pronesti para que explique su papel en ese templo y si estaba la noche en que apareció López.
En una entrevista, Pronesti había hablado sobre todo lo ocurrido. Había contado, por ejemplo, detalles sobre las criptas. Reveló en ese sentido una conversación con Di Monte: “Me contó que ahí iban a descansar la madre Alba y él cuando el Señor los llamara. Le pregunté para quién era la tercera y me dijo que fue un error de cálculo”. Pronesti aclaró que la unía una amistad con el obispo Di Monte.
“es un charlatán”, se exaltó Pronesti al ser consultada sobre el denunciante