Perfil (Domingo)

Derribo del vuelo MH17

- YURII DIUDIN*

Es hora de aplicar las medidas que expongan públicamen­te a quienes derribaron el avión de Malaysian Airlines en el espacio aéreo de Ucrania. La impunidad lleva a nuevas atrocidade­s.

Hace dos años, el 17 de julio de 2014, el avión Boeing 777 de la compañía Malaysian Airlines que estaba realizando el vuelo MH17, entre Amsterdam y Kuala Lumpur, resultó víctima de un ataque de origen, en aquel momento, desconocid­o, en el espacio aéreo de Ucrania. Como resultado de la tragedia aérea, una de las mayores en las últimas décadas, perdieron la vida 298 personas: 283 pasajeros y 15 tripulante­s. Los fallecidos, entre ellos ochenta niños y dos bebés, eran nativos de diez países.

Apenas cuatro días después del trágico accidente, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimamen­te la Resolución 2166, el documento que exhortaba a la conducción a una investigac­ión independie­nte e imparcial de este accidente aéreo con el fin de llevar a la Justicia a los responsabl­es de este acto terrorista.

Pasados dos años, la investigac­ión del accidente aéreo, que está siendo llevada a cabo por un grupo de expertos internacio­nales que forman parte del Equipo de Investigac­ión Conjunta bajo el liderazgo de los Países Bajos, está todavía por concluir, pero numerosos hechos presentado­s por los investigad­ores apuntan a que el disparo fatal fue realizado por un sistema de misiles tierra-aire BUK-M de fabricació­n rusa, desde el territorio que se encontraba bajo el control de los llamados “separatist­as” prorrusos. La investigac­ión técnica fue completada en octubre del año pasado mientras la investigac­ión criminal, que debe apuntar a los perpetrado­res y autores intelectua­les del crimen, deberá ser concluida en pocos meses.

Para establecer todos los antecedent­es y las causas que llevaron al desastre, establecer a sus autores materiales e intelectua­les, detener a los culpables y traerlos al tribubal, es necesario crear un mecanismo internacio­nal eficiente que permita asegurar la imparciali­dad del proceso judicial. En este escenario, Ucrania no descarta ninguna de las dos opciones predominan­tes que están en la mesa: aplicar la jurisdicci­ón nacional o entregar la causa al tribunal internacio­nal creado en base a un tratado multilater­al pro- movido por los Estados que forman parte del Equipo de Investigac­ión Conjunto y otros Estados afectados por la catástrofe.

Establecer un tribunal internacio­nal se vería como una opción preferible si la aprobación de tal decisión por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pudiera ser asegurada. Sin embargo, dado el hecho de que el 29 de julio de 2015 Rusia recurrió a su derecho de veto bloqueando el proyecto de la resolución relevante del organismo, se ve muy dudoso que este país cambie de postura y apoye nuestros esfuerzos. Cuanto más avanza la investigac­ión criminal, más agresiva se vuelve Rusia en sus intentos de compromete­r toda la idea de poner a los artífices de la tragedia ante la Justicia. La constante desinforma­ción por parte de representa­ntes oficiales y los medios rusos, sobre el proceso de investigac­ión llevado a cabo por el equipo internacio­nal, está creciendo a medida que se acerca la hora de publicar las conclusion­es finales. Es obvio que el Kremlin no está interesado en que la verdad sobre los autores de aquel crimen horrendo salga a la luz, por lo que es absolutame­nte previsible que Moscú cuestione la legitimida­d de dicho tribunal internacio­nal si fuera establecid­o sin el respectivo respaldo del Consejo de Seguridad.

Al mismo tiempo, si se optara por la vía de jurisdicci­ón nacional, Rusia se vería comprometi­da a cooperar, dadas las obligacion­es ya asumidas en virtud de los instrument­os internacio­nales pertinente­s sobre la asistencia jurídica mutua en materia penal. Si el Kremlin finalmente se niega a cooperar, tal acción constituir­ía una infracción internacio­nal que configurar­ía una causa para los organismos internacio­nales pertinente­s.

Es muy importante que la decisión final sobre el mecanismo de la acusación sea tomada durante el segmento de alto nivel de la Asamblea General de la ONU que se celebrará en septiembre en Nueva York. Ucrania se esfuerza en aseg urar la compatibil­idad de la persecució­n de los responsabl­es del derribo del MH17 y el avance de la causa contra Rusia en la Corte Internacio­nal de Justicia en virtud del Convenio Internacio­nal para la Represión de la Financiaci­ón del Terrorismo. En este contexto, están en estudio diferentes mecanismos que permitan consolidar los esfuerzos internacio­nales en la acusación a Rusia como Estado patrocinad­or del terrorismo.

Pasados dos años desde la tragedia, ya es la hora de poner en práctica las medidas que expongan públicamen­te a sus autores, tanto materiales como intelectua­les, y los lleven a juicio. Las almas de las víctimas inocentes del MH17 están clamando por justicia. La impunidad últimament­e siempre incentiva y lleva a nuevas atrocidade­s y a nuevas tragedias humanas. Los restos del avión y el homenaje a las víctimas. *Embajador de Ucrania en la República Argentina.

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CEDOC PERFIL
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