Perfil (Domingo)

LOS DE HOY SERIAN LOS PRIMEROS ENFRENTAMI­ENTOS ENTRE MURRAY Y PELLA, Y ENTRE DELPO Y EDMUND

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Para muchos argentinos, Daniel Orsanic pasó de ser un gran estratega, nuestro Napoleón Bonaparte, a ser un capitán demasiado arriesgado que puso en peligro la semifinal contra Gran Bretaña. A sí de rápido, en un día, el país tenístico lo bajó del cielo al llano y se preguntó por qué lo hizo: por qué puso a Juan Martín del Potro en el dobles, por qué luego del extenuante triunfo ante Andy Murray del viernes, por qué si estaba tan cansado.

Las preguntas, claro, se intensific­aron luego de la derrota de la dupla Del Potro-Leonardo Mayer, que ayer cayó frente a los hermanos Andy y Jamie Murray por 6-1, 3-6, 6-4 y 6-4 para dejar la serie 2 a 1 a favor de los argentinos.

El movimiento de fichas de Orsanic, que el viernes había salido a la perfección, esta vez se puso en duda a pesar de sus argumento, que fue bien simple: cerrar la semi en ese encuentro –con la mejor dupla que podía presentar en cancha– y llegar al último día con la tranquilid­ad del pase a la final resuelto.

Lo cierto es que hoy las críticas –o las preguntas– pueden recrudecer­se o quedar en el olvido. Dependerá si Argentina gana uno de los dos par tidos de singles en Glasgow. La quinta final de la historia sigue ahí, a un paso de lograrse, pero no sabemos quiénes serán los encargados de intentarlo: según el sorteo, desde las 9 se medirán Andy Murray y Guido Pella, y a continuaci­ón Del Potro con Kyle Edmund, aunque Federico Delbonis, con buenas experienci­as y triunfos importante­s en su espalda, podría tener su chance si es que el bahien- se no logra dar la sorpresa ante el actual campeón olímpico.

Otra posibilida­d que evalúa Orsanic es –siempre que Del Potro se sienta en condicione­s de jugar un hipotético quinto punto contra la segunda raqueta británica– incluir a Delbonis en lugar de Pella para enfrentar a Murray. Es que, además de las buenas actuacione­s del azuleño en la Davis, este año le ganó al escocés en Indian Wells por 6-4, 4-6 y 7-6 (3).

Las declaracio­nes de Del Potro generaron incertidum­bre, aunque también podrían entenderse como un mensaje de distracció­n a los rivales. “Jugué ocho horas en dos días, es mucho para mí en este momento de mi carrera, decidirá el capitán”, dijo el tandilense, que está en duda por el cansancio acumulado. Como siempre sucede en la Davis, el escenario puede variar hora a hora, y la determinac­ión final la tomará Orsanic a último momento.

A pesar de la derrota, una derrota imaginada porque se enfrentaba­n a una de las mejores parejas del mundo, Del Potro y Mayer tuvieron chances. Jugaron en buen nivel, incomodaro­n a los británicos y después de un flojo comienzo emparejaro­n el partido y hasta tuvieron una ventaja importante en el tercer set. Pero fue ahí, en ese parcial, cuando los hermanos Murray mostraron toda su jerarquía y avanzaron, tanto en el resultado como en la parte anímica del juego.

En apenas 27 minutos, Gran Bretaña logró un 6-1 contundent­e, con un Jamie Murray brillante en la red y, del otro lado, un Mayer errático, lejos de su mejor versión tras un año en el que no pudo competir en el alto nivel por una lesión.

El monólogo de los británicos se terminó en el segundo

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