Escribir hasta que duela
Cómo expresar sobre María Moreno algo que no haya vivido en el perpetuo resplandor de sus palabras. Charlas al borde del tiempo rescatado entre naufragios y revelaciones, escribiendo profusamente con su mirada implacable sobre infinidad de temas de los que ha sido crítica e incansable observadora, como también protagonista. Compañera e inspiradora de una caravana de nombres imposibles de enumerar por completo en la camaradería iniciática que perdura hasta la fecha: Briante, Feiling, García, Piglia, Lamborghini, Fogwill, Lemebel, Cabezón Cámara, Julián López, Lohana Berkins, Naty Menstrual, Marta Dillon y ahora como verán el etcétera se vuelve un recurso necesario pero no excluyente, en ese poder de nombrar fundacional e incuestionable de Nuestra gran María Moreno. Ella, con su propio Nombre-Título resumido en la antípoda y andrógina metáfora complementaria que remite tanto a La Madre Coraje primigenia, como al fascinante Eros cotidiano en su morena piel de brillante opacidad sobre la que también podríamos tatuar títulos de sus libros, crónicas, reseñas e infinidad de entregas que se sucedieron en el soporte de papeles siempre atesorados por sus lectores ávidos; conformando un propio, insólito por veraz y al mismo tiempo insobornable enjambre de acólitos seguidores. Desde El affaire Skeffington –reeditado por Mansalva– nos descubrimos, asumiendo como propio el nombre finalmente para nada ficticio de Dolly, la poeta protagonista, transcurriendo años sáficos y locos de una París a la que Buenos Aires ya nada podría envidiarle. Por sobre todo, ahora, la tan esperada aparición de su inminente libro autobiográfico, seguramente Tomo Uno. Fa ro y espejo de va r ia s década s transcurridas en las que María Moreno fue partícipe y rehén por sobre todo, capaz de transmitirlas con su alta esgrima verbal eficaz e incomparable. Vivencias tan reales como incluso sólo aparentemente ficticias de quien ha demostrado vivir y soñar también para escribirlo, abriendo el vasto baúl de su memória como un tesoro asaz invalorable, finalmente ofrecido, palabra tras palabra, no solamente para aquellos que tanto lo esperábamos.. “Escribiré hasta siempre”, me comentó alguna vez. Por suerte ese don continúa prodigándola no como mera u osada propuesta, sino para ofrecer y así permitirnos vivir tantos tiempos pasados o futuros que nadie como María Moreno logra revelarnos. *Poeta.