Un año de fuga de capitales y endeudamiento
El incentivo al endeudamiento externo por parte del gobierno nacional surge de la necesidad de dólares en grandes cantidades destinadas a sostener la liberalización total del mercado de capitales. Aprovechando los bajos ratios de endeudamiento, emite deuda en dólares cuyo fin es sostener los niveles de las reservas, ya que, con las nuevas normas del BCRA, se habilitó la fuga irrestricta. Se reinauguró con Macri el viejo esquema que comenzó con la última dictadura militar: nos endeudamos para financiar la fuga de capitales. Por eso, a pesar del fuerte endeudamiento, las reservas internacionales aumentaron apenas 6.058 millones de dólares, producto de una sola cosa: los dólares, así como entran, se van. La medición de la fuga de capitales a través de la formación de activos externos contabilizados en el mercado único y libre de cambio muestra que, en los primeros ocho meses del año, suma casi 9 mil millones de dólares, más que todo el año 2015, y asciende a más de 11 mil millones de dólares si agregamos diciembre (cuando asumieron). Las salidas por giro de utilidades y dividendos alcanzaron los casi 2 mil millones de dólares, mientras que en igual período del año anterior apenas fue de 27 millones de dólares.
Sin embargo, el gobierno nacional justifica el endeudamiento con la necesidad de financiar el déficit fiscal. Dado que los economistas del macrismo insisten con la noción mone- tarista, ampliamente refutada, de que la emisión monetaria siempre genera inflación, el BCRA se autoimpuso un límite al financiamiento al Tesoro nacional, 160 mil millones de pesos, que ante el creciente déficit fiscal producto de la eliminación o disminución de los tributos al poder económico y la recesión provocada por las propias medidas del Gobierno resultan más que escuetos. “El mejor equipo de los últimos cincuenta años” lo remedia como lo hacen los economistas “serios” y no como lo hacen los “populistas”: con deuda… ¡Y en dólares! para financiar gastos en pesos… El Tesoro vende la mayor parte de esos dólares al BCRA generando ¡emisión! Y dado que, según ellos, genera inflación, el BCRA coloca Lebacs absorbiendo los pesos del mercado. Todo este circuito no es libre de costos ni barato. Lo que se hubiera resuelto con la simple emisión de pesos o con deuda intraestatal para cubrir las necesidades presupuestarias a mínimo costo, se transformó en deuda en dólares a tasas de las más altas del mundo, a corto plazo, y no libre de pagar altas comisiones, y una deuda en pesos del BCRA que alcanzó tasas, a niveles extraordinariamente altos, del 38 %. Todo gracias a que ¡volvimos al mundo! Aunque, por supuesto, la inflación no bajó, sino que alcanzó un 47% interanual frente al 25% en 2015 y superando el 40% de 2002.
En septiembre del presente año, el gobierno de Mauricio Macri presentó en el Congreso el proyecto de ley del Presupuesto 2017. En él estima necesario endeudarse el próximo año en más de 1,727 billones, la mitad de este monto en dólares. Así, para 2017 pide que le aprueben una emisión de títulos públicos en moneda extranjera por 46.574 millones de dólares (al tipo de cambio 17,92 pesos por dólar promedio en 2017). Aunque no queda claro en cuánto finalmente nos endeudarán, ya que diversos artículos del proyecto habilitan emisiones adicionales por diferentes conceptos. Además, las proyecciones realizadas se basan en la estimación poco realista de crecimiento del PBI de 3,5%, sobreestimando la recaudación y subestimando, por lo tanto, el déficit fiscal y su necesidad de financiamiento. En el proyecto se estima, también, que se pagarán 247.328 millones de pesos en concepto de intereses de la deuda, más del doble de los 104.133 millones de pesos presupuestados para 2016, aunque esto último se cree que será de 186.500 millones de pesos, resultado del superendeudamiento del año.
Al 31 de diciembre de 2015, según datos del Ministerio de Hacienda, el stock de deuda pública en moneda extranjera era de 148.881 millones de dólares; a agosto de 2016 ese monto asciende a 187.580 millones de dólares. Si sumamos la emisión de bonos prevista para 2017, la deuda pública en moneda extranjera superará los 234.155 millones de dólares. Es decir, un 60% más alta en apenas dos años. Las proyecciones para los próximos años del propio Ministerio de Hacienda prevén déficit comercial creciente, de modo que no existirá entrada genuina de dólares y no existe forma de enfrentar tamaña deuda que no sea con más deuda. La política del gobierno de Cambiemos está en marcha y tiene nombre: endeudamiento público en moneda extranjera y de forma explosiva. Sustituyendo la composición de la deuda: de la intraestatal a bajo costo a una con el sector financiero internacional, en dólares, a alto costo (de los más altos del mundo) y abriendo la posibilidad de terminar nuevamente en crisis financieras de difícil resolución con el antecedente de haber entregado el conflicto con los fondos buitre a los intereses de estos.