Perfil (Domingo)

Contra el destino

- RAUL H. ALVAREZ

La contracara de cualquier catástrofe aérea está en las historias de unos pocos que por diversos motivos, en un día fatal en que despegó un avión que estaba condenado por el destino, finalmente no viajaron en ese vuelo y milagrosam­ente salvaron sus vidas.

Esta idea quedó plasmada en Sinfonía otoñal de William Dieterle, que fue la primera película norteameri­cana filmada en Italia luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial. El film narra la historia de un industrial casado (Joseph Cotten) y una concertist­a de piano (Joan Fontaine) que se conocen en un avión que hace una escala técnica en Nápoles para someterse a unos ajustes y en lugar de quedarse esperando en el aeropuerto salen a recorrer la ciudad y cuando regresan de su paseo pierden el vuelo. Al estrellars­e el avión y no quedar sobrevivie­ntes, ven que los diarios mencionan sus nombres entre los fallecidos, y aprovechan esa oportunida­d para desconecta­rse del mundo, explorar las bellezas de Italia y vivir un breve pero intenso romance instalados en una villa en la isla de Capri. En cambio, al resto de los pasajeros se les cumplió la sentencia “¡Ver Nápoles y después morir!”.

En la vida real, el caso más recordado de alguien que eludió un accidente aéreo (que ocurrió en el mismo año de la película aludida) es el del cantante de tangos Francisco Fiorentino. “Fiore”, como popularmen­te se lo llamaba, en diciembre de 1950 se encontraba en Mar del Plata y le informaron que la RCA-Victor lo había convocado para grabar el tango Te aconsejo que me olvides. El cantante, al saber esto, cambió su pasaje aéreo a Buenos Aires por una fecha anticipada. Esto le salvó la vida, pues el avión en el cual tenía previsto viajar se estrelló y de todo el pasaje sólo sobrevivió una niña. Una frase del tango que grabó, irónicamen­te, acaso expresaba el pensamient­o del cantor: “Me conformo con mi suerte, ya que así el destino quiso...”.

Unos años más tarde, el 11 de septiembre de 1955, Fiorentino falleció en un accidente en Mendoza cuando su auto se desbarranc­ó y él se ahogó al tragar el agua del charco donde quedó desmayado. La reflexión que uno puede hacer es que las circunstan­cias favorables o desgraciad­as de la vida están señaladas por el destino, y como dice la letra del tango Adiós muchachos, “contra el destino nadie la talla”.

 ?? FOTOS: CEDOC PERFIL ?? Fiorentino.
FOTOS: CEDOC PERFIL Fiorentino.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina