Irán sube la apuesta con un nuevo testeo de misiles
Washington había sancionado al país islámico por una maniobra similar. Teherán marca el terreno.
En plena escalada verbal entre Washington y Teherán, el gobierno de Irán llevó a cabo ayer una nueva serie de ejercicios militares con misiles balísticos. La rutina tuvo lugar en la región de Semnan, en el noreste del país, un día después de que el gobierno estadounidense de Donald Trump impusiera sanciones a la república islámica en respuesta a otra maniobra similar ejecutada por Irán el pasado 29 de enero.
Según los Guardianes de la Revolución, el cuerpo militar de elite iraní, estos ejercicios tienen como objetivo mostrar “la total preparación para hacer frente a las amenazas” y a “las sanciones humillantes” adoptadas por Washington contra Irán. Durante las maniobras se testearon diferentes sistemas de radares, misiles de fabricación propia y centros de mando.
Una lista publicada en Sepanhews, una página web gestionada por los Guardianes de la Revolución, mostró que los misiles probados son de muy corto alcance (75 kilómetros). Sin embargo, Teherán afirma tener varios tipos de armas de esta clase, incluso misiles de larga trayectoria (2 mil kilómetros) capaces de alcanzar a Israel.
“Si el enemigo comete un error, nuestros misiles caerán encima de él”, amenazó ayer el general Amir Alí Hajizadeh, comandante de la división aeroespacial de los Guardianes de la Revolución. La respuesta estadounidense no se hizo esperar. Desde Tokio, donde se encuentra de gira, el nuevo secretario de Defensa de Trump, James Mattis, aseveró que Irán es “el Estado que más apoya el terrorismo en el mundo”.
Las tensiones entre Irán y los Estados Unidos, que rompieron sus relaciones diplomáticas un año después de la Revolución Islámica de 1979, se acentuaron seriamente luego de la asunción de Tr ump. Poco después del anuncio de las nuevas
Durante el gobierno de Obama, Estados Unidos y otras cinco potencias firmaron un histórico acuerdo nuclear con Irán.
Al asumir, Trump consideró que Teherán debería estar “agradecido” por ese “espantoso” pacto.
Hace una semana, el régimen iraní probó un misil balístico, lo que generó la furia de la Casa Blanca, que le impuso nuevas sanciones.
El gobierno de Rouhani volvió a disparar ayer misiles, redoblando su desafío. sanciones, el gobierno iraní replicó afirmando que actuaría “de forma recíproca” e impondría “límites legales a ciertos individuos y empresas estadounidenses que desempeñaron un papel en la creación de grupos extremistas terroristas en la región”.
La reciprocidad contra ciudadanos estadounidenses ya fue aplicada tras la decisión de la administración Trump de prohibir la entrada a los Estados Unidos a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, entre ellos Irán. Esta medida, calificada de “insultante” y “vergonzosa” por Teherán, fue temporalmente bloqueada esta semana por un juez federal estadounidense.
Aunque Trump ha cumplido sus amenazas de endurecer la posición de su país frente a Irán, todavía no ha dado marcha atrás con el acuerdo internacional que la república islámica alcanzó en 2015 con Washington y otras cinco grandes potencias sobre su programa nuclear, y que el nuevo presidente ha criticado.
Este acuerdo permitió, por ejemplo, que el constructor de aviones estadounidense Boeing firmara con Irán un contrato multimillonario para venderle ochenta aviones. El mercado iraní es, en efecto, un objeto codiciado para operadores petroleros y gasíferos de los Estados Unidos.
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