“nosotros no filtramos el audio”, dice el jefe del espionaje telefónico
El director de la oficina que interviene las líneas por orden judicial deslinda responsabilidades y apunta hacia la AFi o el juzgado de Lijo.
La oficina que “pincha” los teléfonos en la Argentina está en Avenida de los Incas al 3800. Es un edificio antiguo, que estuvo en manos de los espías hasta el año pasado, cuando el Gobierno lo transfirió a la Corte Suprema. Es epicentro de polémicas por la filtración de un audio que involucra al ex jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Oscar Parrilli y a la ex presidenta Cristina Kirchner.
Trabajan 250 personas, de las cuales sólo 38 hacen escuchas directas. El resto de las “pinchaduras” se graban automáticamente a través de un complejo sistema informático que traduce los audios y los copia a los CD.
La Corte Suprema pidió informes para saber de dónde se filtró el audio. El director ejecutivo de la oficina de escuchas, Juan Tomás Rodríguez Ponte, dice que de ahí no se filtró. El juez Ariel Lijo, que lleva la causa, niega que haya salido del juzgado. Todos miran a la AFI, que par-
En la Dirección trabajan 250 personas, de las cuales 38 hacen escuchas directas
ticipó de la intervención por pedido del juez. En una entrevista con PERFIL, Rodríguez Ponte explica los detalles de la escucha a Parrilli y el manejo de la Dirección en otros casos.
—¿Investigaron cómo se manejó el audio dentro del edificio?
—Por nuestro protocolo de seguridad, cuando conocimos el episodio abrimos un expediente administrativo interno. Recopilamos la información que teníamos: cómo fue nuestro trabajo y quién intervino. —Entonces de acá no se filtró. —No. —¿Ustedes hablaron con el juez sobre la filtración?
—Sí. Nosotros somos auxiliares de los jueces. Y aunque nos pregunte la Corte sobre el tema, si no nos autoriza
el juez no podemos brindar esa información. En nuestro proceso de intervención nosotros no tenemos contacto con el audio, no sabemos a quién pertenece la línea.
—Parrilli dice que la escucha que se le hizo a él fue online, es decir que escuchaban en el momento lo que decía.
— Sí. Es así. El juez nos mandó el oficio y nos pidió intervenir determinados números. Lijo nos pidió que en el caso de Parrilli intervenga la AFI, obviamente porque los investigados pertenecían a la AFI y le rigen las normas del secreto. Nos pidió que se habilite el “locutorio” para una escucha directa de esos teléfonos. El audio así como llegaba a la par que se gra-
baba lo escuchaba personal de la AFI.
—Es decir que hubo espías escuchando lo que decía Parrilli en el momento.
—En la Dirección, el personal es todo del Poder Judicial. Antes sí había personal de la AFI. Lo que hay es habilitados unos “locutorios” en donde entra Policía Federal, Gendarmería y la AFI. En ese “locutorio” escuchaban los espías. —¿Es delito filtrar un audio? —Sí, por supuesto. —¿Qué pena tiene?
—Las penas son de acuerdo a violación de secreto y también, en el caso de que haya sido un funcionario, incumplimiento de los deberes de funcionario público.
—¿Se puede saber quiénes en la AFI escucharon el audio de Parrilli?
—Nosotros le entregamos el material sólo a las personas autorizadas en determinada nómina. También se autoriza a escuchar en los locutorios a un personal de seguridad, en este caso de AFI, que fue autorizado para eso. Nuestra responsabilidad se termina cuando nosotros entregamos el audio.
—Pero evidentemente tendría responsabilidad quien recibió ese audio por parte de la AFI.
—Si se identifica que fue filtrado por la AFI, tendría responsabilidad el que recibió el audio.
—Pero por lo que usted dice, o lo filtró la AFI o el juzgado. —Sí. —¿Hay forma de saberlo?
—Habría que hacer una investigación y determinar eso con un expediente penal.
—¿A su criterio las escuchas deberían seguir en manos de la Corte?
—Sin dudas. Con la nueva ley lo que existen hoy son escuchas judiciales. Las escuchas, en otros países, están en manos del Ministerio Público o del Poder Judicial, como en este caso. n