UNA BRUJULA A LA DERECHA
¡Una brújula a la derecha, por favor! Los medios de prensa, preocupados por la institucionalidad y la situación económica, no saben cómo comunicar responsablemente ciertas inconsistencias de los que toman decisiones gubernamentales. ¿Cómo se articula que las cargas tributarias nacionales, provinciales y municipales, además de tarifas y precios, se ajusten por la inflación pasada, con el hecho de que los salarios se pretendan aumentar en base a la inflación esperada para este año? ¿Cómo armonizar la pretensión de menor pobreza con la caída del salario real y una jubilación mínima que llegaría en marzo a 6.400 pesos? ¿Cómo se puede pregonar que hay “pequeños brotes” en la economía, cuando desde que empezó el año se despidió a 200 trabajadores de Banghó, 50 de Tandanor, 500 de Alpargatas y otros tantos de cerámica San Lorenzo, Georgalos, etc.? ¿Por qué se pretende flexibilizar el marco legal del trabajo, echándoles la culpa a las regulaciones y salarios mínimos cuando no hay un solo dato de crecimiento del trabajo “en negro” o no registrado, en el que no influye ese marco legal? ¿Por qué el Ministerio de Trabajo no homologaría convenios celebrados libremente entre empresas y trabajadores cuando los aumentos salariales excedieran las metas de inflación? ¿Por qué no hace efectivo el artículo