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El cerco de los poderosos contra el Lava Jato, la operación judicial que ha puesto a Brasil patas para arriba, ahora va en serio: todos los movimientos desde rincones del poder político y económico se están organizando, muchos desde el mismo gobierno, en el Tribunal Supremo, en el Congreso, y hasta en la policía federal, para sabotear las investigaciones. Una muestra: la salida la semana pasada de quien fue el jefe policial de toda la operación, Marcio Adriano Anselmo, que alegó “agotamiento físico y mental” y se retiró a un puesto de menor jerarquía.
Disparen al Lava Jato