The Economist
George W. Bush creyó que conocía a Putin, pero se equivocó. Obama trató de “resetear” con Moscú, pero cuando dejó el poder, Rusia había anexado Crimea, agravado el conflicto en Ucrania y ganado un gran protagonismo en Rusia. Donald Trump parece que quiere ir mucho más allá y reformular toda la relación estratégica entre las dos potencias que disputaron la Guerra Fría.
Cortejando a Rusia