Mafias chinas en el país.
Exigen hasta us$ 50 mil por año a cada supermercadista por “protección”. la embajada de china pidió ayuda al Ministerio de seguridad para frenar el avance de estas organizaciones.
Aseguran que son tres bandas las que operan en la Argentina.
Prostitución, trata de personas, juego clandestino, secuestros extorsivos, tráfico de drogas (cristal meth y ketamina) y homicidios son los crímenes que la mafia china comete en Argentina “financiada” por el dinero exigido, bajo amenaza de muerte, a supermercadistas, que según investigadores de la Policía Federal puede llegar hasta los 50 mil dólares por año a cada uno.
Las 380 denuncias por extorsión que se recibieron en Buenos Aires en sólo tres meses –desde diciembre de 2015 hasta marzo de 2016–, y las casi cincuenta personas asesinadas por no pagar, impulsaron a la embajada de China a pedir ayuda al Ministerio de Seguridad de la Nación para detener el avance de estas bandas que, además, cometen delitos económicos graves y evasiones.
Pese a que, a mediados de febrero, agentes de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal, a cargo del comisario Luis Rodríg uez Adrover, volvieron a golpear a Pi Xiu, la organización criminal más importante y peligrosa del país, los crímenes de la mafia china no cesan: los heridos de bala continúan llegando a los hospitales, las transferencias de supermercados llenan espacios en el Boletín Oficial y los crímenes sicarios no paran.
Desde la detención, en junio de 2016, del capo Ye Yong, más conocido como “A Di”, otras dos facciones luchan por quedarse con el sustancioso botín de la mafia. Por ejemplo, las extorsiones no bajan de 30 mil dólares y el “negocio” de la trata deja 10 mil dólares por persona al traficante o “cabeza de serpiente” encargado de hacer ingresar al país, vía Bolivia, a los ciudadanos chinos sin documentación.
Detectives detrás del accionar mafioso de estas organi-
cada grupo se identifica con diferentes tatuajes. en el caso de pixiu, es el dragón
zaciones indicaron a PERFIL que tomaron conocimiento de enfrentamientos armados entre al menos dos bandas rivales que buscan reemplazar a Pi Xiu, una guerra en la que participan los aliados de A Di.
Se trata de desprendimientos de Wang Ke, Jong Long y Jia Yuan, organizaciones criminales chinas que operan a nivel global. Es sencillo identificar su presencia a nivel local: cada organización entrega un cartel al comerciante extorsionado, que deberá ser expuesto para dejar en claro que la extorsión está cubierta y es territorio de determinada banda.
En cuanto a sus integrantes, cada grupo se identifica con diferentes tatuajes alegóricos. En el caso de Pixiu, es el dragón. Se calcula que Pixiu tuvo 15 jefes, con diez soldados a su disposición para cada uno de ellos. Creen que detrás de esta organización está el padre del líder preso, un hombre con antecedentes y presidente de una cámara de “comerciantes e industriales chinos” de Buenos Aires, que ofrece protección, a cambio de dinero. “Una extorsión encubierta”, para los investigadores.
Los primeros crímenes de la mafia china, en 2011, quedaron impunes a causa de la dificultad de hallar un intérprete que no tema ser asesinado y la