“no determinamos la cantidad de efectivo que circula, lo decide la demada del público”
En plena avanzada del BCRA para eliminar el uso de billetes, el sueco que inspira a Sturzenegger dice que influye más el cambio de hábitos de la gente que el impulso oficial.
Además de inflación, tasa de interés y emisión, el presidente del Banco Central y su equipo suelen nombrar un país: Suecia. Lo toman como un caso testigo –y lo es para todo el mundo– de eliminación del efectivo y su reemplazo por pagos electrónicos. Aunque hay una diferencia. Su presidente, Stefan Ingves, cuenta en una entrevista con PERFIL que el organismo “no hizo nada” para estimular este cambio, sino que fueron los hábitos de los consumidores y la confianza entre los actores del sistema los que forjaron los pagos sin billetes. Desde 2007 cae el uso de circulante en Suecia, aunque en términos de PBI retrocede desde 1950. Y en diciembre, los billetes en circulación representaban apenas el 2,7% de los depósitos en los bancos.
—¿Por qué?
—Esta caída está explicada principalmente por un cambio en los hábitos de pagos, donde las preferencias se desplazaron hacia métodos de pago electrónico. Hubo una nueva caída en el circulante durante 2016, de 73 mil millones de coronas a 62 mil millones. Esta segunda caída se debe a la implementación de una renovación de billetes y monedas por parte del Riksbank. Algunos billetes y monedas, que la gente había ido acumulando, no fueron reemplazados por efectivo nuevo.
—¿Qué pasos específicos tomaron para bajar el uso del efectivo?
—El Riksbank en sí no tomó ninguna medida específica para aumentar el uso de pagos no físicos. No determinamos la cantidad de efectivo circulando en la sociedad, eso es decidido por la demanda del público en general, que bajó significativamente a lo largo del tiempo.
—¿Y los bancos qué hicieron?
—Hay factores institucionales que contribuyeron a ese proceso. Hay una cultura de larga data de cooperación entre bancos a nivel infraestructura para pagos, al mismo tiempo manteniendo la competitividad al nivel minorista. Esta combinación ha ayudado a acelerar la velocidad con la cual innovaciones en el mercado de pagos son aceptadas y adoptadas por el público en general. Los pagos no físicos requieren un intermediario que retenga las cuentas, información, y sistemas de procesamiento al cual los beneficiarios le confían su dinero. Confianza en los intermediarios y en los sistemas usados es algo crucial para que este tipo de pagos funcionen.
—¿Cómo se logra esta confianza?
—Con instituciones que f uncionen bien, como por ejemplo un marco legal y las autoridades que lo sostengan imparcialmente. Suecia ha tenido suerte de tener desde
Ingves visitó Buenos Aires para las jornadas del Banco Central. Es un referente para Sturzenegger. — Ent re 20 0 8 y 2010, el gobierno lanzó tres iniciativas para limitar la economía oculta dentro de ciertos sectores. En 2008 y 2009 se introdujeron deducciones impositivas para ser vicios domésticos, mantenimiento y construcción. Esto hizo caer el precio de estos servicios de forma sustancial relativo a la economía oculta. En 2010 se introdujo una ley que exigió que (casi) todos los puntos de venta tengan una caja especial para los pagos en efectivo, aprobada por la Autor idad Impo - sitiva. Ahora, aproximadamente 85% de los pagos en el punto de venta son electrónicos y por lo tanto rastreables.
La confianza en los intermediarios es fundamental para que los pagos electrónicos funcionen.