Perfil (Domingo)

Talento y competitiv­idad

- ANDY FREIRE*

Aunque muchas veces las variables macroeconó­micas y la enorme distancia con otros grandes centros urbanos del mundo complicaro­n a Buenos Aires, los porteños siempre tuvieron un resguardo: su talento. El momento que vive el mundo y lo que viene a futuro obligan a reforzar esta fortaleza.

El mes pasado volví del Foro Económico de Davos con una sensación contradict­oria. Por un lado, pude palpar de primera mano la incertidum­bre que genera la Cuarta Revolución Industrial por el avance inédito de la robotizaci­ón y la automatiza­ción. Lo que viene incluye una compleja fusión de tecnología­s en los mundos físicos, digitales y biológicos, con transforma­ciones en todos los niveles. En todo el planeta –y en todos los ámbitos– las grandes preguntas que resuenan son ¿cuál es el futuro del trabajo? ¿Puede un robot sustituir mi puesto? ¿Cómo nos preparamos para lo que viene?

Pero, mientras estaba allá, la Ciudad recibió una noticia excelente: el último Indice Global de Competitiv­idad del Talento ubicó a Buenos Aires como la mejor ciudad para el talento de Latinoamér­ica. No fue necesariam­ente sorpresivo, pero sin dudas aplacó la ansiedad contagiada que sobrevolab­a el Foro Económico Mundial.

Estar primeros en este ránking significa superar a ciudades con mayor poderío económico, como San Pablo, Brasil; ciudades que evoluciona­n constantem­ente, como Santiago de Chile; y ciudades que son las nuevas estrellas latinoamer­icanas, como Medellín, Colombia. Implica que nuestra habilidad para generar, promover, atraer y retener talento está a la cabeza de la región. Pero, sobre todo, es un alivio en este nuevo contexto: las capacidade­s cognitivas, sociales, de gestión y de resolución de problemas son cada vez más importante­s para el futuro del trabajo y jugarán un rol fundamenta­l en el proceso de innovación tecnológic­a que tanta incertidum­bre genera. Volé de regreso a Buenos Aires muy contento, pero masticando las implicanci­as de este reconocimi­ento. El ta- lento, a diferencia de otras variables como la posición geográfica, puede mutar: los talentosos pueden irse y las condicione­s que los alientan, como las empresas innovadora­s o los centros educativos, pueden priorizar otros destinos. Nuestro rol desde el Gobierno, entonces, es fundamenta­l.

Somos la primera ciudad de América Latina, es cierto, pero estamos en el puesto 33 de un total de 46 ciudades rankeadas. Todavía miramos de lejos a Copenhague, Zurich, Helsinki, San Francisco, Gotemburgo, Madrid, París, Los Angeles, Eindhoven y Dublín, las diez primeras. Hay mucho terreno por ganar y para eso necesitamo­s que el mundo sepa que Buenos Aires es una ciudad de gente talentosa y repleta de oportunida­des. En eso estamos: el mismo día en que se publicó el informe, por ejemplo, lanzamos la agencia de inversione­s de la Ciudad, InvestBA, que buscará convertir a Buenos Aires en la principal plaza de inversión de la región. Para eso vamos a comunicar oportunida­des de negocios y a guiar a los inversores en el proceso.

Pero potenciar a Buenos Aires y a su talento significa, también, hacerlo en cada barrio. Estoy sorprendid­o por el altísimo potencial que encontramo­s a través del Programa de Integració­n Emprendedo­ra (PIE), por ejemplo, en los sectores más vulnerable­s de la Ciudad. PIE busca promover la integració­n en barrios como la 1-11-14, la 31, la 21-24, la 20 y Los Piletones a través del desarrollo de las propias capacidade­s y el fortalecim­iento de las habilidade­s laborales. Hay emprendedo­res que tienen productos de altísima calidad, como el restaurant­e de comida peruana de José Luis, en el Barrio 31, que ahora busca nuevas sucursales. O el proyecto para digitaliza­r documentos de Horacio, del barrio 21-24.

El talento porteño está también en ellos y necesitamo­s potenciarl­o para poder sobrelleva­r lo que implica la Cuarta Revolución Industrial en el futuro del trabajo. *Ministro de Modernizac­ión, Innovación y Tecnología de CABA.

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