Courrier Internacional
Turquía autoritaria
Desde el frustrado golpe de Estado, la gestión de Erdogan se basó en una represión desproporcionada hacia cualquier sospecha de oposición. El presidente turco se ha servido del golpe para apartar a aquellos que le efectúen algún tipo de crítica. En lo que respecta a los últimos tres años, hay casi 2.600 periodistas que han perdido sus puestos de trabajo y se han cerrado centenares de medios de comunicación. Un verdadero grito de rabia contra esta feroz represión.