The Spectator
Durante las primarias, Trump afirmó reiteradamente tener un plan secreto para derrotar a Estado Islámico. Ahora que ha asumido el cargo de presidente de EE.UU. está decidido a aplastarlo. Sin embargo, no será fácil. Deberá tener cuidado porque lo que vendría después podría ser peor. Si el califato, que hoy ocupa partes de Siria e Irak desaparece, la guerra desatada por los yihadistas podría traslarse al territorio norteamericano.
Amenaza yihadista