IMPUNIDAD DE LA VIVEZA CRIOLLA

El 24 de febrero al mediodía llegué al Aeroparque Jorge Newbery desde San Pablo. La mayoría de los pasajeros eran brasileños que venían a hacer turismo aprovechando el feriado del Carnaval. La espera para retirar de la cinta la valija fue tediosa porque tardaron cincuenta minutos en aparecer, hacía más de 30 grados y los dos equipos de aire acondicionado estaban apagados. Durante la espera, el parlante nos alertó que se iniciaba un paro de pilotos. Ya con mi valija me tomé un taxi hasta mi trabajo, que me cobró un importe excesivo. Lo entendí tras leer el ticket impreso que le exigí: figura un recorrido de 14,4 km cuando en realidad la distancia recorrida había sido menor a 5 km. Ya hice la correspondiente denuncia. Esa misma tarde, pero en otro lugar, la Asamblea de la AFA aprobó que el responsable de chequear la integridad de los candidatos a presidir la entidad –lo cual es una exigencia de la FIFA– sea el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Un pequeño detalle: Angelici es a la vez dirigente de la AFA y vicepresidente de dicho Colegio Público de Abogados, un claro conflicto de intereses. Si dejamos que la viveza criolla siga impune, después no nos quejemos de que el país no arranca. Carlos Ignacio Sanguinetti bochasangui@hotmail.com