Carteles de autor: una nueva forma de arte callejero en la Ciudad
Las paredes de la ciudad de Buenos Aires se convirtieron en un lienzo para los cientos de artistas callejeros que, con stencils, grafitis y grandes murales, se encargan de ponerles color a los distintos barrios porteños.
Una nueva técnica viene ganando terreno y seguidores: se trata del “pasted”, en inglés pegar, que toma el formato y los colores –naranja, azul y rosa– de los clásicos afiches que usan las bandas de cumbia para convocar a sus shows, pero reutilizados para transmitir desde frases positivas hasta denuncias sobre problemáticas sociales.
“Sea feliz, no joda al prójimo”, o “Enseguida vuelvo, fui a jugármela”, son dos de los pósters más populares de Tano Verón, un diseñador de 31 años que con el impulso de las redes sociales se hizo conocido por sus carteles urbanos.“Como artista me di cuenta de que podía llegar a mucha gente si estaba en la calle”, explica.
Algo similar sucede con Ale Giorgga, un artista y museólogo de 31 años, que comenzó con esta movida en 2012, pero con mensajes más reflexivos como “Ser moderno es reciclar”, o “Por favor baje su consumo”, a los que combina con “Viva intensamente, la muerte temblará ante usted” o “Por favor, no abusar de internet” son algunas de las frases que se pueden leer caminando por Buenos Aires. imágenes y dibujos de otros artistas –su último trabajo lo está haciendo en La Boca junto a Hernán Torres– que son pegados directamente en la pared.
Ambos trabajan de forma artesanal y tienen una relación muy estrecha con el público. “Algunas personas intentan despegarlos, otras se sacan fotos para compartirlas en internet e incluso otros artistas intentan taparlos”, cuenta Verón.
Esta tendencia viene de la mano del crecimiento a nivel general del arte callejero en la ciudad, que no sólo se convirtió en una de las capitales mundiales del street art, sino que también fue sede de festivales como Meeting of Styles, que en 2012 reunió a destacados artistas, y cuenta con tours para que turistas y locales puedan conocer los mejores diseños.
En el caso de los carteles usan un formato llamado “let- terpress”. El diseño es sencillo, a tres colores y con papel de baja calidad, lo que les permite imprimir grandes tiradas. “Los afiches tuvieron un resplandor porque están asociados a lo popular y son los más económicos para comunicar”, explica Giorgga. Y cuenta que “estas piezas que eran características del interior del país”, se empezaron a popularizar cuando los artistas “las llevaron a las grandes ciudades”.
Para poder verlos, no hace falta rastrearlos por la ciudad. Instagram se convirtió en el canal principal de difusión. Ale Giorgga tiene 6.061 seguidores y Tano Verón 12.300, que comentan y comparten sus mensajes.
Ambos consideran que las redes son clave para difundir y acercar este tipo de arte callejero y efímero. Verón, incluso, se sorprende por la repercusión que tuvo. “Es increíble la aceptación y el apoyo de la gente, que además de tirar buena onda me cuenta cómo los afiches afectan alguna decisión de su vida”, explica.
Sin embargo, a pesar del empuje que les dio el mundo virtual, Giorgga destaca que para él “lo más importante siempre va a ser defender la presencia en la calle”.
“algunas personas intentan despegarlos, otras se sacan fotos para subirlas a las redes.”