Donald Trump está más cerca de Mussolini que de Perón
El presidente de Estados Unidos ha sido descripto como “un populista latinoamericano”. Para el autor, especialista en historia social argentina, las similitudes son más de estilo que de fondo.
La sorpresiva victoria de Donald Trump en noviembre puso a los académicos y a los periodistas a buscar explicaciones de cómo pudo suceder y por qué. En muchos casos, recurrieron al populismo latinoamericano para analizar el fenómeno. El movimiento que llevó a Trump a la Casa Blanca tiene en efecto alguna semejanza con el populismo en América Latina, pero también algunas diferencias importantes, especialmente con el caso paradigmático de ese populismo, el peronismo. Para trazar comparaciones tenemos que considerar la llegada al poder y los primeros pasos de su presidencia, dado que aún no está muy claro cómo será vivir en los Estados Unidos de Trump aunque, al menos desde la perspectiva de quien esto escribe, probablemente será muy desagradable para la mayoría de los habitantes de este país. Carisma. El paralelo más impactante entre Trump y el populismo latinoamericano es el uso de su carisma para fabricar su propia popularidad, para crear un movimiento popular que asombró a los observadores de todo tipo por su habilidad para ganar apoyos a pesar de ubicarse fuera de los canales normales. Periodistas, comentaristas, intelectuales y el sentido común indicaban que no podía ganar (me incluyo en esta lista, por supuesto). Mucha gente sólo consideraba que no era otra cosa que alguien carismático y lo veía como incoherente, vulgar e incapaz de hablar de una manera articulada. Sin embargo, una gran cantidad de norteamericanos lo adoran y creen todo lo que dice, a pesar de que la prensa ha demostrado una y otra vez que inventa los hechos y parece creer en sus mentiras.
Trump fue capaz de crear un movimiento por fuera de las estructuras normales de la política de Estados Unidos y que se centra exclusivamente en él. Es difícil imaginarlo cediéndole su función a otra persona. Se ha convertido en una figura excepcional para muchas personas; alguien que puede decir y hacer cualquier cosa y aun así ser adorado por sus seguidores. Después de todo, fue capaz de sobrevivir a un video en el que se ufanaba de manosear mujeres. Ha centrado su poder en su figura y sólo tiene un pequeño círculo de asesores a los que parece escuchar, entre los que figuran su hija y su yerno. Reacciona con furia a cualquier crítica y claramente ha exacerbado la tendencia creciente en la política nor teamericana a considerar que si uno no apoya a alguien es su enemigo. Describió a los medios como los “enemigos del pueblo norteamericano”.
En muchos casos, este estilo no es muy diferente al argentino y al que caracterizó al primer peronismo. Perón fue capaz de construir un movi-