Amores en tiempos de la guerra silenciosa
El 14 de ma r zo se estrena, con un capítulo doble, la quinta temporada de The Americans. Las 13 salidas previstas, que se verán los martes a la medianoche, seguirán con los protagonistas Keri Russell y Matthew Rhys, y la contrafigura de Noah Emmerich. Desde el canal Fox Premium se verán por primera vez los efectos del descubrimiento de la identidad de los espías de la KGB, la pareja de Elizabeth (Russell) y Philip Jennings (Rhys), hasta ahora ocultos para todos y especialmente para el agente de contraespionaje Stan Beeman, en tiempos de Ronald Reagan. Este miembro del FBI es el que encarna Emmerich, quien en la entrevista genérica de Fox cedida a PERFIL analiza lo que se verá.
—¿Cómo fue filmar volviendo a los 80?
—Es muy divertido, porque soy algo así como lo que era mi padre en la época en que yo era un niño. A sí que es una confusión muy bizarra, mezcla de tiempo y espacio. Voy atrás a un tiempo que recuerdo muy bien de cuando yo era niño, pero con la perspectiva y los puntos de vista de mi padre. Así que es un extraño viaje en el tiempo, muy proustiano. Realmente recuerdo, visceralmente recuerdo cómo yo veía el mundo entonces; esto contrasta con cómo lo veo ahora desde un punto de vista diferente; es una rara exploración del yo, de mi propio conocimiento del mundo, de mi relación con el mundo y sus complejidades, las que veo y las que no veo… todo esto me hace pensar cómo serán las cosas dentro de treinta años y cómo será mirado nuestro presente desde ese momento futuro.
—Has pasado cuatro temporadas siendo ese tipo que no puede ver lo que tiene frente a sus ojos. ¿Cómo se siente cuando repentinamente viene la revelación?
—Es excitante. Miro hacia atrás y me alegro de que todo aquello haya sucedido; ahora parece necesario que llegue el momento de la iluminación; para un actor es muy atractivo ver cómo lo resuelve. También es excitante para el público, porque hay una anticipación que va aumentando la tensión hacia ese descubrimiento, ese descubrimiento pendiente.
—Quizás haga falta decir algunas palabras en defensa de Stan. ¿Qué emociones tiene al respecto de ser el único que ignora todo?
—Pero ¿qué hay frente a los ojos de Stan? Dos vecinos, un marido y una mujer que son agentes de viajes; dos buenos hijos; una vida normal, muy amigable, afable; una actitud de puertas abiertas, del tipo “vengan a tomar una cerveza y a comer algo”. Entonces, ¿qué es lo que no está viendo? Lo que no está viendo es el punto de vista, cual Dios, que sí tiene el público, que sabe lo que hacen estos personajes cuando se van a algún lado y hacen lo que hacen. Pero eso no sucede en las narices de Stan. Y esto es bueno para el público. Yo creo que es un error traducir esta situación como que a Stan le falta algo en su percepción o en su inteligencia, porque nada extraordinario parece estar sucediendo allí. Eso sí, descubrir la verdad afectará la carrera y la autoestima de Stan. Será algo dramático, impactante y profundo para él. Va a modificar su comprensión del universo y también su rol en él.