Perfil (Domingo)

Comprar un cajero propio, otra inversión de moda de argentinos en los ee.UU.

- PAOLA QUAIN

Mientras el Banco Central intenta seducir a los ahorristas para que inviertan en pesos, aparecen nuevas opciones en busca de refugio de activos en el exterior que tientan a los argentinos, muy habituados a buscar alternativ­as en los Estados Unidos.

Una de las apuestas que más llamaron la atención en el último mes por su carácter “no tradiciona­l”, es la posibilida­d de invertir en cajeros automático­s en territorio norteameri­cano, una opción con una inversión de entrada más baja que la necesaria para comprar un departamen­to, la moda de los últimos años.

Sebastián Ponceliz, CEO de Odissey Financia l Group, explicó a PERFIL en su paso por Buenos Aires que la operación se basa básicament­e en invertir en la “adquisició­n de cajeros”, que generan una rentabilid­ad alta y la posibilida­d de tener operacione­s en la principal economía del mundo que siempre “despier ta interés entre los argentinos”. ¿Es una buena alternativ­a mientras crece el uso de medios electrónic­os y cae el de efectivo? Ponceliz dice que sí: “Creo que son dos cosas que pueden convivir y que hay condicione­s sociales y territoria­les donde cada sistema tendrá su ventaja”. En líneas generales, la propuesta se basa en que cada inversor pasa a ser dueño de uno o más cajeros que la firma instala, después de selecciona­r el lugar y realizar las contrataci­ones de locación. La terminal automá- tica comienza a operar en redes privadas que operan en los Estados Unidos y la ganancia surge de una porción del costo de extracción que realizan los usuarios de la red, en lo que termina siendo una especie de présta mo en cada ex tracción. Cómo funciona. “Quien retira dinero paga cerca de U$S 3. De ese total, el 30% se lo queda la locación donde está ubicado el cajero (un supermerca­do, una estación de servicio, un local, por ejemplo). De los US$ 2 restantes, U$S 0,50 centavos correspond­en al mantenimie­nto, costo de carga del dinero, servicio y prorrateo de seguro”, detalló Ponceliz. En promedio, un cajero de baja performanc­e, deja entre U$S 1 y U$S 1,25 de rentabilid­ad. Un cajero de buena performanc­e, alrededor de U$S 1,50 por transacció­n, todo depende de su ubicación.

Si bien no hay una cifra única para ingresar, el empresario aseguró que “Se trata de una inversión de relativame­nte bajo desembolso en relación a la rentabilid­ad que genera”. En Odissey Financial Group aseguran que se requiere una baja necesidad de supervisió­n y control, porque el ATM es muy autónomo. Después de varios años de operacione­s en el mercado, señalan que los argentinos son los que más interés han mostrado hasta el momento: el 90% de sus clientes se encuentran en nuestro país, y el restante 10% se reparte entre México y Brasil.

Una empresa ofrece adquirir una terminal; hay costos de mantenimie­nto

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