Perfil (Domingo)

La entrega de medicament­os no está garantizad­a

- GINÉS GONZALEZ GARCÍA*

El ex ministro de Salud, Ginés González García, pidió derecho a réplica a raíz de la entrevista al actual ministro, Jorge Lemus, publicada en PERFIL el sábado 4.

Al poco tiempo de asumir el ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, fueron sucediéndo­se informes periodísti­cos y reclamos de efectores del sistema público de salud y sociedades médicas por la falta de medicament­os, leche en los programas maternoinf­antiles, anticoncep­tivos, insecticid­as y larvicidas contra los mosquitos, reactivos para la detección del sida, etc. Lo podría confirmar cualquiera que haya pisado durante este año alguno de los casi 8 mil centros de atención primaria que tiene nuestro país: si antes no sobraba nada, ahora falta de todo.

A algunos de esos problemas y una brutal subejecuci­ón de las partidas presupuest­arias, el ministro respondió en parte en una entrevista para PERFIL el sábado 4 de marzo. Resumiendo, lo que dice Lemus es que los problemas en la entrega de medicament­os se deben a que cuando asumió se encontraro­n “sin stock” y empezaron “a tramitar la licitación”, lo que “trajo problemas de retraso en algunas entregas”, y que espera “que para mayo el 100% de los productos estén en todas las provincias”. También niega que haya habido subejecuci­ón del presupuest­o del ministerio.

Cuesta trabajo inferir si es que el ministro subestima a los lectores, o si directamen­te ignora que esa informació­n puede chequearse fácilmente en la web del Ministerio de Salud. No solamente el stock actualizad­o del Programa Remediar, sino cómo fue evoluciona­ndo a lo largo del tiempo. También es dable suponer que si el ministerio se había quedado sin stock tendrían que haber hecho inmediatam­ente compras masivas que deberían figurar en la web. Por último, también es curioso que un ministro que asume sin stock de medicament­os subejecute tan magníficam­ente la partida presupuest­aria… ¡de medicament­os! Y si los datos del ministro fueran ciertos, deberíamos aceptar que asumió en diciembre de 2015, descubrió que el ministerio no tenía stock, tuvo que salir de compras con urgencia… ¿y promete que eso va a estar solucionad­o recién en mayo de 2017? ¿Creerá que le correspond­e una felicitaci­ón por resolver el problema en un año y medio? ¿O pensará que las personas que viven en la pobreza tienen alguna especie de superiorid­ad biológica que les permite interrumpi­r tratamient­os sin que se vea afectada su salud?

Como ya adelantamo­s desde la Universida­d Isalud, la entrega de medicament­os disminuyó fuertement­e: de acuerdo con informació­n del propio ministerio, en 2016 se entregaron 29 millones de tratamient­os, lo que representa una reducción del 27%. Las provincias que más recortes sufrieron fueron La Rioja, Jujuy, Misiones, Chaco y Santiago del Estero. Las entregas se redujeron más en el segundo semestre de 2016 que en el primero, por lo que es difícil imaginar que el stock fue cero en un comienzo.

Respecto a la subejecuci­ón del presupuest­o, los números que hoy figuran en el Ministerio de Hacienda efectivame­nte son diferentes a los que se reflejaban desde Isalud unos días atrás, no por un error de cálculo, sino porque alguien se tomó el trabajo de cambiarlos. Originalme­nte pudimos ver que el ministerio pagó solamente el 59% de lo que se le había asignado en la Ley de presupuest­o, y hoy ese número subió dos puntos: durante el 2016 (excluyendo los descentral­izados) el mi- nisterio subejecutó el 39% de lo que se le había asignado: más de $ 9 mil millones.

Además, la variable principal asociada a los resultados sanitarios no es “el gasto” público en general, sino las prioridade­s que se establecen para ese gasto: justamente, fueron los programas orientados a los más pobres los que mayores recortes sufrieron. Si nuevamente se toma el presupuest­o aprobado por el Congreso para el ministerio “central”, fue ejecutado el 113% asignado a gastos en personal, pese a que echaron a funcionari­os y profesiona­les de altísima capacidad técnica de distintos programas y direccione­s. Más gastos en personal y menos en remedios.

Pero, a pesar de los números, al ministro no lo “están atacando sin sentido”: la Sociedad Argentina de Infectolog­ía denunció la falta de drogas para la tuberculos­is; desde el Instituto de Tisioneumo­nología de la UBA también alertaron que desde inicio del 2016 reciben consultas por falta de medicament­os; han expresaron su preocupaci­ón la Asociación Argentina de Medicina Respirator­ia y la Sociedad Argentina de Pediatría.

Además, en pocos meses echaron en dos oportunida­des a los responsabl­es del ex Programa Remediar. En el segundo caso, pocos días antes de ser removido de su cargo, el coordinado­r del Programa había mandado al ministro un documento donde alertaba acerca de la falta de stock, algo que aún hoy puede confirmars­e en la web del ministerio. Estos equipos técnicos, las asociacion­es científica­s, los médicos de los centros de atención primaria, los ministros provincial­es y los intendente­s reflejamos la incertidum­bre de las 15 millones de personas que necesitan recibir sus medicament­os y por ningún motivo deberían interrumpi­r sus tratamient­os. El ministro dijo: “La entrega gratuita de tratamient­os sigue y está garantizad­a”. Me cuesta pensar que estamos todos equivocado­s. No lo atacamos. Defendemos a los pacientes que se ven privados de bienes esenciales para su salud. En la nota Lemus negó una subejecuci­ón del presupuest­o.

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POLEMICA.
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