¿TACITO, NO?
En la edición de PERFIL del domingo 12, en un excelente artículo sobre “Amores perdidos”(por Sergio Sinay, página 28) se desliza una inexactitud: se atribuye a Cayo Cornelio Tácito la frase “Ama y haz lo que quieras”. En realidad, la autoría pertenece a San Agustín (354-430), obispo de Hipona –en la actual Argelia– y uno de los padres de la Iglesia más prolíficos por sus escritos y tal vez, también, el que a lo largo de la historia mereció las más polémicas interpretaciones. Fue el pensador cristiano más brillante del primer milenio. Su obra Confesiones es tenida como un notable antecedente del psicoanálisis. En In epistolam Ioannis ad Parthos VII, está tratando de explicar que la clave de la educación está en impartirla con amor. La cita completa traducida del latín original dice: “Ama y haz lo que quieras (‘Dilige, et quod vis fac’); si guardas silencio hazlo por amor; si perdonas, perdona por amor; si la raíz es el amor profundo, de tal