La moda ‘copa’ la ciudad y la convierte en pasarela
Diseñadores locales eligieron distintos puntos emblemáticos de Buenos aires para presentar sus colecciones. Buscan sacar la ropa a la calle con el objetivo de alejar sus creaciones del perchero y acercarlas a la gente.
Treinta modelos desfilan alrededor del centenario gomero de la plaza San Martín. Otras bajan las escalinatas del Hipódromo de Palermo. También el gimnasio del estadio Atlanta, en Villa Crespo, se convierte en pasarela, al igual que la galería Ruth Benzacar. Tal como sucede en otras ciudades del mundo, la moda busca salir a la calle y esta temporada muchas colecciones de diseñadores locales fueron presentadas en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires.
“Buscamos cambiar la forma de ver moda”, explica Guillermo Azar, productor general del ciclo Designers Buenos Aires. “Creemos que hay que enmarcar las colecciones en espacios que ayuden a enaltecer las propuestas. De otro modo, es lo mismo que ver el perchero de las tiendas. Se trata, sobre todas las cosas, de crear experiencias”, agrega Rocío Olivera, directora del Departamento de Comunicación de Moda de Grupo Mass.
“La moda es función y también es ilusión. Si de función se trata, la moda sale a la calle, se nutre de ella y se fusiona con quien la usa y su contexto. En cuanto a la ilusión, la moda está alineada al deseo, a aquello que soñamos. Por eso el lugar en el que presento una colección debe ser un marco que genere una sensación y que conecte la propuesta desde lo estético de una manera integral”, explica la diseñadora Evangelina Bomparola, quien realizó su desfile en la plaza San Mar- tín. Algo similar buscó Santiago Artemis, quien, inspirado en la película La gran mentira, interpretada por Bette Davis en 1941, creó su colección que presentó en el Hipódromo de Palermo, dentro del Couture Fashion Week. Para Artemis, estos nuevos espacios permiten romper esquemas. “La no norma es la nueva norma”. Las reglas estipuladas, tácitas, ya están totalmente desactualizadas. Hay que buscar conceptos e ideas diferentes, como armar un desfile en un hipódromo. La contradicción es la nueva idea”.
Para Jésica Trosman, responsable de JT, mostrar su colección en el estadio de Atlanta resultó una manera distinta de acercar la moda a la gente. “Me gusta pensar en lugares que tienen que ver con la historia de la marca. Nacimos en Villa Crespo, y nos sentimos felices de mostrar nuestra colección en el barrio. Siempre pensamos que JT no era sólo una marca, sino también una experiencia urbana nueva. Es una forma de acercar la moda a la gente. Que todos puedan presenciar mi trabajo me encanta”, asegura.
Todos los entrevistados coinciden en que elegir espacios alternativos a los clásicos salones de hotel no tiene que ver con una cuestión económica, sino con la necesidad de “contar una historia”. Cada uno de los lugares construye el relato de las colecciones y del diseñador. Así lo entienden los responsables de Dubié, que presentaron sus diseños en el boliche Club Shampoo: “Una locación puede ayudar a definir la identidad de la colección y de la marca. A nosotros nos interesa sacar la colección a la calle porque al fin y al cabo lo que estamos haciendo es ropa, y la ropa está ahí, en la calle, se usa en la calle y tiene que ser vivible”.
“nos sentimos felices de mostrar la colección en villa crespo”, dice Jésica trosman