Semana
El nuevo vicepresidente puede aportarle oxígeno a un gobierno impopular donde más lo necesita: la implementación de la paz, la erradicación de coca y la seguridad ciudadana. Pero la válvula tiene limitaciones. La llegada de Oscar Naranjo a la vicepresidencia no será una sorpresa, porque el presidente Juan Manuel Santos la anunció hace dos meses, pero tampoco es un asunto de rutina. Nunca un policía había llegado a un cargo político tan alto, el segundo en la jerarquía del Estado. Y se trata de una de las figuras con mejor imagen.
La hora de Naranjo