“Dejé de participar de las fiestas familiares”
Laura Weinstein tiene 36 años. A los 19 empezó su “tránsito corpóreo”, como ella misma lo denomina, para visibilizarse como mujer. Hoy, dirige un grupo de apoyo para personas trans en Bogotá, Colombia, donde nació y donde, dice, tuvo que enfrentarse a una sociedad difícil para aceptar fácilmente todo aquello que se “saliera del molde”: “En mi familia tuve muchas dificultades, porque ninguna familia sabe a priori cómo afrontar esto. Yo era un niño muy afeminado y trataron de llevarme al psicólogo, pero estas cosas no se ‘solucionan’ con terapia, porque tú eres lo que eres”, dice a días de haber dejado Buenos Aires, donde estuvo para participar de la Shabatón Gay y romper hitos: es la primera vez que una persona trans compartió la lectura de la Torá durante la ceremonia en el templo de la calle Libertad. “Tuve que dejar las fiestas y encuentros familiares e irme”, cuenta con dolor. Pero celebra que, gracias a encuentros como el de la semana pasada, “se dan pasos de inclusión y ciertas corrientes religiosas muestran una apertura importante”.