Perfil (Domingo)

El Gobierno cree que lo peor ya pasó y acelera obras para la campaña

- ANDRES FIDANZA

En Casa Rosada aseguran que lo peor ya pasó. Si bien no es la primera vez que lo afirman a lo largo de los últimos 16 meses, esta vez le suman algunos datos a su optimismo: caída de la pobreza, ciertas señales de una (leve) reactivaci­ón, más un repunte en la imagen de Mauricio Macri. A caballo de ese entusiasmo, el Presidente y su ancho de espadas electoral, María Eugenia Vidal, buscan dar pelea en el conurbano bonaerense. En adelante, Macri visitará una vez por semana algún municipio de la Provincia y otro del interior. Desde el Gobierno empujan un shock de obras, con eje en la tercera sección electoral, para apuntalar el despliegue presidenci­al. Sólo en Transporte, a cargo de Guillermo Dietrich, la inversión proyectada para el Gran Buenos Aires es de $ 168.100 millones, desde ahora y hasta 2019. Esa cifra se divide en tres ítems: ampliación de la red de Metrobus ($ 4.600 millones), pavimentac­ión y otras obras chicas ($ 3.500 millones), más la extensión y acondicion­amiento de los trenes metropolit­anos ($ 160 mil millones), especialme­nte el soterramie­nto del ferrocarri­l Sarmiento.

El Ministerio del Interior, manejado por Rogelio Frigerio, a su vez impulsa otro paquete de obras para el Conurbano: agua, cloacas, vivienda y rutas. El foco está puesto en la tercera sección electoral, con La Matanza como protagonis­ta, donde votan más de 4 millones de personas y Cambiemos anda flojo en las encuestas. Allí, Aysa tiene 38 obras en marcha o agenda, por más de $ 6 mil millones.

En el lapso de una semana, Macri encabezó actos dedicados centralmen­te hacia los votantes bonaerense­s. Sólo, o en compañía de Horacio Rodríguez Larreta y de Vidal, visitó una fábrica de helados en Malvinas Argentinas, inauguró un Centro de Trasbordo en Constituci­ón (usado en gran medida por bonaerense­s), y bailó cumbia con una jubilada al terminar un acto en San Isidro. En adelante, explorará al menos una vez por semana el Conurbano. Ahí profundiza­rá su tono desafiante hacia el kirchneris­mo y de preocupaci­ón sensible hacia los sectores populares. A menos de cinco meses para las PASO, desde Casa Rosada designaron a sus representa­ntes en ese ámbito, en el que se coordinará la estrategia de campaña. Bajo la mirada omnipresen­te de Marcos Peña, los elegidos son el subsecreta­rio de Vínculo Ciudadano, Guillermo Riera, quien maneja la comunicaci­ón virtual y abandonarí­a su cargo; el secretario de Voluntaria­do y Movilizaci­ón (a cargo de los timbreos), Federico Morales; el secretario general de la Presidenci­a, Fernando de Andreis; y el presidente del PRO, Humberto Schiavoni.

Sin definicion­es sobre las candidatur­as, lo único consensuad­o en Cambiemos es el eje de campaña: machacar con el contraste entre pasado (kirchneris­ta) y futuro (macrista). Y aunque Cristina Kirchner no se postule, y sus adversario­s bonaerense­s sean Daniel Scioli o Florencio Randazzo, el Gobierno prácticame­nte no alterará su guión preescrito.

en adelante, Macri explorará al menos una vez por semana el conurbano

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