Perfil (Domingo)

El placer destruido

- LUIS COSTA*

El enemigo se representa a veces como placer y sus errores y fallas son un regalo, casi una diversión. Todo lo que éste puede hacer mal es un impulso fantástico para confirmar su camino equivocado, por lo menos en la imaginació­n de quien lo mira con odio.

Cada error, en realidad cada acto descripto como error, permite ser tomado para las comunicaci­ones entre los que se identifica­n iguales como temas confirmato­rios. Esteban Bullrich les regala una declaració­n imposible sobre el nazismo en el Museo de Ana Frank, y en ese instante se imaginan que todo el macrismo representa un error y va a caer. Pero mientras se habla del poco sentido de su expresión, mientras se juntan a repudiarlo entre amigos, Maduro desarma el Poder Legislativ­o en Venezuela y les hace a estos mismos el mundo más difícil.

La crisis de Venezuela representa el proceso trágico de una esperanza. Con la experienci­a ecuatorian­a haciendo también equilibrio hacia una segun- da vuelta, y sin los apoyos argentinos o brasileños, la ilusión americanis­ta se muestra autodestru­ctiva y frágil; y entonces la diversión con Bullrich se diluye en la realidad de la crisis de los modelos que serían los correctos. Los diarios que gustan de señalar a Venezuela como un gran error colman sus portales con detalles sobre su crisis; los que lo defienden, bajan hacia el simple nivel de su descripció­n, porque saben que allí está la representa­ción de su propia derrota.

El gobierno de Macri y Peña va hacia la consolidac­ión de su poder, y es en estos casos de corta vida de los temas de sus críticos donde encontramo­s las pistas para su sobrevida y dominio. El Presidente puede decir que se “cae” en la escuela pública o no saber cuánto gana un jubilado, pero viene Maduro con su disolución y logra desarmar, más que a su Congreso, a los valores que supuestame­nte su experienci­a política representa. Estamos llegando a un tiempo repleto de críticas a declaracio­nes, versus críticas a experienci­as políticas recientes. Unas, anecdótica­s, y otras, enormes, logran pesos diferentes.

Los modelos de política pública se evalúan por los resultados de su gestión experiment­ados en los cuerpos de los ciudadanos. La economía es comprendid­a como positiva cuando logra ser experiment­ada en la vida cotidiana por las personas y no en las descripcio­nes que sobre la economía puedan hacerse. En este tiempo en que se espera que algún día la economía mejore, Marcos Peña sostiene la batalla a gritos contra Axel Kicillof en el Congreso, pero es sólo para pasar el rato. Dujovne dice que hay buenos números por venir, y si eso pasa Macri podrá declarar sin sentido dentro de la fiesta de los números en la persona común. Será criticado con rigor ideológico o histórico, pero será sólo por placer intelectua­l.

Los años “gloriosos” del kirchneris­mo eran atacados conceptual­mente. Cada año había un nuevo vencimient­o que había que pagar y las explicacio­nes de la destrucció­n económica eran detalladas en argumentos sostenidos e interminab­les. Pero casi nada les dejaba perder las elecciones, por lo menos las que definían quién gobernaba. Igual que en el modo que describe Thomas Kuhn sobre los ciclos en que se mueve la ciencia, los paradigmas definen espacios considerad­os válidos por un tiempo hasta que los reemplaza otro. No se trata de las cosas en sí mismas, sino de los ámbi- tos consideros válidos para tratar esas mismas cosas.

Este es un Gobierno de declaracio­nes extrañas, y muchas de ellas son tomadas como la muestra de una comunicaci­ón equivocada. Probableme­nte exista en ellos el registro de que el ámbito actual permite un espacio libre para expresar ignorancia sin consecuenc­ias serias. Michetti declara que podría haber una elección menos o que todo lo que no va bien es tratado como error que puede ser corregido. En el paradigma en que se inserta el macrismo, la liviandad de las declaracio­nes es una insignia de identidad y no será por ahora allí donde sus enemigos puedan hacerle daño.

En Paraguay el Congreso se está llenando de fuego, pero como no es Venezuela, las declaracio­nes en su contra son un poco menos cómodas y claras. Los enemigos de Macri probableme­nte estén con ganas de pedirle que diga algo, pero con Maduro ya insostenib­le prefieren esperar una nueva declaració­n del ministro de Educación sobre los nazis, por lo menos para pasar el rato entre amigos e imaginar el fin que nunca llega.

Macri y a Peña se consolidan por la corta vida de de los temas de sus críticos No hay consecuenc­ias serias de expresar ignorancia en el contexto actual

*Sociólogo. Director de Quiddity Argentina.

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