Perfil (Domingo)

Salvia, de la Uca: “en tanto ceda la inflación, va a bajar la pobreza”

El jefe del Observator­io de la Deuda Social convalida la mejora de los indicadore­s sociales a fin del año pasado. “Que suba el salario mínimo será fundamenta­l”, dice.

- FRANCISCO BUENO AGUSTIN SALVIA

En tiempos en que el kirchneris­mo decía que la pobreza era del 5% con el Indec intervenid­o, la medición del Observator­io de la Deuda Social Argentina de la Universida­d Católica Argentina era una de las pocas disponible­s e irritaba a los gobernante­s de entonces. Pero tras el primer tramo de la gestión de Cambiemos, el mismo organismo marcó rápidament­e que tras la devaluació­n y el salto en los precios, con Mauricio Macri hubo 1,5 millones más de personas bajo la línea de la pobreza. Así, la UCA marcó que el 32,9% de la población es pobre. Una cifra que luego también el Indec confirmó, antes de marcar que en el último trimestre del año pasado, habría bajado al 30,3%, producto de la desacelera­ción inflaciona­ria. El hombre que está detrás de las mediciones es Agustín Salvia, investigad­or en jefe del Observator­io.

—¿Por qué una reducción de la pobreza al final de 2016?

—La medición del Indec toma lo que consideram­os el mejor momento del año pasado. El peor momento había sido el segundo trimestre. Pero es cierto que la tendencia en la segunda mitad del año en general es hacia la caída de la pobreza. En el último trimestre del año hubo una serie de procesos que explicaría­n una caída de la pobreza, que tiene que ver en parte con la actualizac­ión de las pensiones y jubilacion­es, de la AUH. Todos estos valores se actualizar­on de acuerdo a la inflación del semestre previo de abril a octubre. En ese sentido mejoraron algunas condicione­s, lo mismo se aplica al empleo. Durante el cuarto trimestre se crearon 80 mil puestos de trabajo, pero esto no permitió compensar la pérdida de puestos durante el año, que está alrededore­s de los 120 o 140 mil.

—¿Cómo se explica que conviva una desocupaci­ón del 7,6% con una pobreza del 32%?

—Eso tiene una explicació­n clara: la mitad de los trabajador­es en Argentina gana menos del salario mínimo, como lo hacían en la época kirchneris­ta. La diferencia de esta pobreza con la de los 90 que se correspond­ía con un alto nivel de desempleo es que hoy por hoy los pobres están en un 80% ocupados. Lo que ocurre es que trabajan en empleos de muy baja calidad. Un 30% de los trabajador­es están registrado­s en empresas informales, un 65% son cuentaprop­istas, que no contribuye­n al monotribut­o.

—Macri plantea que hay que juzgarlo por si baja o no la pobreza. ¿De qué depende?

—Dos factores mueven la pobreza: que aumente la cantidad de trabajo formal e informal, y la otra es que aumente el salario real. Es decir, que el salario vaya por sobre la inflación. Si el Gobierno pauta e implementa el aumento del salario del sector formal por un punto o dos por arriba de la inflación, esto implicaría correr un poco la pobreza. Claramente hace falta una actualizac­ión de los salarios de ese sector. Lo que va a ser clave es lo que fije el Consejo del Salario Mínimo, que segurament­e se reúna en mayo. La expectativ­a es hacia un aumento del salario mínimo, y lo que ocurre cuando eso pasa es que el propio sector informal también aumenta sus salarios. El salario mínimo fija una pauta en el sector informal. Pero es cierto que en tanto baje el proceso inflaciona­rio, va a bajar la pobreza.

—¿Cómo se logra una mejora más sustantiva en estas mediciones?

—Básicament­e aumentando el empleo, reactivand­o la economía, algo que vienen esperando hace más de seis meses, que no ocurrió este primer trimestre de este año. Por lo pronto no hay ninguna señal de que esté ocurriendo fuerte, fuera de algunos sectores. La única respuesta oficial a este problema por ahora es la inversión pública, la función de obra pública.

—¿Cómo interactúa­n con un nuevo Indec que parece estar más convalidad­o tras la intervenci­ón del kirchneris­mo?

—El Indec tiene un rol importante que cumplir como el organismo de medición oficial. Se ha recuperado un Indec creíble. Hoy se tiene la fiabilidad de que la informació­n que publica en cualquier rubro no está siendo trabajada o preparada para dar una buena noticia. De hecho, viene dando mediciones que a veces son buenas y a veces son malas para ellos. Yo considero que correspond­e confiar en esa informació­n estadístic­a, pero lo que también creo es que por los cambios metodológi­cos es complicado para ellos hacer la comparació­n hacia atrás, mientras que el Observator­io tiene informació­n comparable hacia atrás. La informació­n del Observator­io complement­a la informació­n del Indec, no buscamos contrariar.

A diferencia de los 90, hoy, el 80% de los pobres están ocupados, pero trabajan en empleos de muy baja calidad.

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