Nuevas oportunidades recreativas y educativas
Las personas mayores constituyen un grupo sumamente heterogéneo como consecuencia de sus propias historias de vida. El tipo de trabajo, las oportunidades de acceso a la salud y la educación, contar con redes de apoyo familiar y sus hábitos de vida son determinantes que dejan huellas y cristalizan en la edad mayor. Así como no es lo mismo envejecer en Suecia que en Argentina, tampoco en Chaco que en Buenos Aires. Esta heterogeneidad se evidencia también al distinguir dentro del grupo, los más jóvenes 60 a 75 años de los mayores por encima de los 75.
Cada vez más personas mayores se interesan y acceden a las nuevas tecnologías, particularmente internet y celulares. Sin duda, su utilidad como medio de interacción social y actualización, para conocer y acceder a nuevas oportunidades recreativas, educativas y laborales está demostrado. Son, además, un aporte significativo en el autocuidado de la salud: al utilizar las alarmas de celulares para recordar la toma de medicamentos o la te- leasistencia que aporta seguridad y compañía ante cualquier emergencia, sobre todo para las personas que viven solas.
Sin embargo, este creciente interés no debe dar por sentado que las personas mayores accederán fácilmente a trámites online, uso de cajeros automáticos y otras alternativas que las instituciones públicas y privadas han masificado sin acompañar con el apoyo suficiente. Las personas de edad tienen el derecho de ser informadas y recibir la capacitación necesaria para el acceso a estas modalidades. La política pública debe velar por ello, ofreciendo igualdad de oportunidades. También el sector privado parece no advertir el creciente grupo de “nuevos clientes” que constituye la población mayor y no lo tiene en cuenta. Seguir aprendiendo es un derecho que no debería terminar en ninguna etapa de la vida y no visibilizar es otra manera de marginar y excluir. *Directora del Centro de Envejecimiento Activo y Logevidad de Isalud.