Lo que nos toca vivir en esta parte del mundo
Otra vez sopa está terminando su breve temporada en un momento en que la mayoría de las obras teatrales tuvieron dificultades para llenar la sala. Es un clásico, Pinti hablando del país en el Liceo donde levanta el telón de miércoles a domingo con el objetivo de hacer memoria, y por qué no, reír un rato en el marco de un show que retoma canciones y textos de algunos anteriores. Y no porque el actor-autor no haya querido innovar, simplemente, porque la historia argentina se repite. Como un tape.
Pinti decide hacer una suerte de conferencia en la cual se carga sobre sus hombros todo el espectáculo, que no es otra cosa más que él mismo. Tras una breve introducción con un micrófono de pie, el humorista se sienta detrás de un escritorio, haciendo referencia al mítico Tato Bores, y se dispone a dar un monólogo que dura aproximadamente dos horas. De a ratos decide cantar, también sentado, y rememorar algunas letras escritas por él y utilizadas en algunos shows antiguos. Pinti mismo dice que el espectáculo es un álbum de recuerdos y de este modo, se realiza un viaje en el tiempo a través de los presidentes de la República Argentina para darnos cuenta de que nada cambió y que el ser humano tropieza, siempre, con la misma piedra. Las quejas, los re- proches, las reflexiones y las verdades se entremezclan con el lenguaje burdo y grotesco para dar como resultado un guión ácido que el público aplaude y festeja.
La puesta en escena es casi nula, pero ahí radica el secreto de la magia del show. Un telón de fondo, la escueta escenografía y el diseño de luces de Omar Possemato crean un ambiente propicio para el desarrollo del monólogo. El mayor mérito del espectáculo reside en la entereza de Enrique Pinti, un hombre que con 77 años se sienta cinco días a la semana en el escenario y permanece hablando durante dos horas por reloj y sin parar. Y tanto es así que no hay lugar casi para el aplauso; el público no puede terminar de aplaudir una reflexión porque él sigue hablando, y no para. El libro y la dirección también son de Pinti; y no podía ser de otra manera, quién mejor que él para escribir y dirigir un show sobre humor político.
Otra vez sopa es un viaje en el tiempo pero también es una fotografía del presente; es un análisis político de antes, pero también de ahora; es una radiografía social del ayer, pero también del hoy. Esta mirada que Pinti convierte en un show inteligente, nos devuelve la realidad en forma ácida, a veces triste o divertida sobre la vida argentina. El análisis de un grande del humor, que a estas alturas es una marca registrada: Enrique Pinti.