Eta concretó la entrega de sus armas y explosivos
La policía francesa confirmó el hallazgo de ocho arsenales, que ocultaban 3,5 toneladas de materiales, entre armamento y bombas. El gobierno español exigió al grupo que se disolviera y pidiera perdón a sus víctimas.
Tras más de cuatro décadas de violencia, ETA entregó ayer en Francia decenas de armas y cientos de kilos de explosivos que deberían suponer el “desarme total” del grupo vasco, a quien el gobierno español acusó de haber montado una “operación mediática” para ocultar la verdad: su derrota militar y política.
“La única solución para ETA es anunciar su disolución definitiva, pedir perdón a sus víctimas y desaparecer”, dijo
desde 1969, mató al menos a 837 personas, 802 de ellas ya en democracia
el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
Horas antes, el gobierno francés había anunciado la recepción de una lista de ocho depósitos donde deberían encontrarse las armas y explosivos que le restan a ETA.
El primer ministro Bernard Cazeneuve anunció que la policía halló “cerca de 3,5 toneladas de armas, explosivos y material” en los depósitos.
“El gobierno francés celebra esta operación, realizada con calma y sin violencia”, declaró Cazeneuve en un comunicado. “Esta es una etapa decisiva hacia el final del terrorismo independentista vasco”, consideró.
Michel Tubiana, partícipe en el proceso de desarme, aseguró que los depósitos contienen “120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos y miles Independentistas saludan el desarme en Bayona. de municiones”, cantidad que encaja con las estimaciones de las fuerzas antiterroristas.
De confirmarse el desarme, atrás quedan más de cuatro décadas de violencia y atentados de Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), naci- do en 1959 en la lucha contra la dictadura de Francisco Franco pero que prosiguió su actividad en democracia. Fiesta. Al grito de “independencia” y “los presos a casa”, miles de personas se concen- traron en un ambiente festivo en la ciudad francesa de Bayona, donde ETA, a través de intermediarios, entregó la lista de sus depósitos de armas.
La plaza Paul-Bert se convirtió en un hervidero de gente de todas las edades que, de vez en cuando, coreaban canciones en vasco. “Presoak etxera” (“los presos a casa” en vasco) fue uno de los lemas que más se repetían.
Los manifestantes portaban papeles con una mano blanca impresa sobre un fondo azul, logotipo de los Artesanos de la Paz –representantes de la sociedad civil francesa–, uno de los intermediarios a través de los cuales ETA entregó el listado de zulos o arsenales clandestinos.
Más allá de la puesta en escena festiva, la realidad es que ETA entregó sus armas –en 2011 renunció a la violencia– después de años de derrotas sistemáticas ante las fuerzas de seguridad de España y Francia y un creciente aislamiento en la sociedad vasca, harta de sus asesinatos, extorsiones y amenazas.
El grupo terrorista acumuló desde 1969, año de su primer atentado –la muer te de un guardia civil–, cifras terribles. No hay coincidencia sobre la cantidad de sus asesinatos, ya que muchos atentados no los reivindicó, pero la cifra más moderada señala 837 muertos. Un dato significativo es que 802 de esos asesinatos fueron cometidos después de la muerte de Franco. Su año más violento fue 1980, cuando cometió 92 asesinatos, uno cada cuatro días. Su última víctima fue un policía francés, en marzo de 2010.