Francisco bautizó a once adultos en la Vigilia pascual
El papa Francisco recordó ayer el rostro de madres “que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción” y la burocracia que no “permite cambiar las cosas”, en la homilía que pronunció en la misa de la Vigila Pascual que celebró en la basílica de San Pedro. Allí, también bautizó y confirmó a once adultos de distintas nacionalidades.
En una de las ceremonias más sugestivas y cargadas de simbolismos en la tradición católica, en que se celebra la espera de la Resurrección, Francisco recordó el dolor y el desánimo de las mujeres que acudieron al sepulcro de Jesús. “Y si hacemos un esfuerzo con nuestra imaginación, en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana”, señaló el Pontífice. “Vemos reflejados en ellas –agregó– el rostro de todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de la miseria, el dolor por la explotación y la trata”. En su homilía también citó “el rostro de aquellos que sufren el desprecio por ser inmigrantes, huérfanos de tierra, de casa, de familia; el rostro de aquellos que su mirada revela soledad y abandono por tener las manos demasiado arrugadas”.
El religioso argentino también lamentó que la humanidad “está acostumbrada a convivir con el sepulcro, a convivir con la frustración”. “Nuestro corazón sabe que las cosas pueden ser diferentes”, concluyó. Vigilia. Francisco bautizó y confirmó ayer a once personas de diferentes edades y nacionalidades durante la Vigila Pascual, en la basílica de San Pedro. Entre ellos hubo seis hombres y cinco mujeres, procedentes de Albania, Italia, Estados Unidos, Malasia, Malta, República Checa, China y España. El rito comenzó con una basílica en penumbra y con la bendición del fuego, donde el Pontífice incidió con un punzón sobre el Cirio Pascual. Tras el rito del encendido, marcación y bendición del Cirio se celebró la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Bautismal. Ese acto precedió a la misa solemne del Domingo de Resurreción, en la que el Papa leerá hoy el mensaje de la Pascua e impartirá la tradicional bendición Urbi et Orbi (para la ciudad y para el mundo) desde la logia central de la basílica.