Perfil (Domingo)

“llevamos once años presos del dolor y merecemos justicia”

- N.G.

Por primera vez en más de una década, los padres de Ariel Malvino sienten que podrán cumplir con la promesa que le hicieron a su hijo: justicia. Alberto y Patricia están convencido­s de que los tres acusados son los responsabl­es del asesinato de Ariel y de que hay pruebas suficiente­s para condenarlo­s. “Durante once años estuvimos ‘presos’ nosotros, por eso merecemos que haya justicia”. “Estamos viviendo hace muchos años una justicia desigual, con victimario­s con derechos y víctimas desprotegi­das. Sufrimos en carne propia el destrato, el ninguneo y hasta la humillació­n. Once años estuvimos ‘presos’ nosotros, pero ‘presos’ del dolor, de la indignació­n, por eso merecemos que ahora haya justicia”, opina Alberto, en diálogo con PERFIL. “Tuvimos – continúa– infinidad de inconvenie­ntes, muchos originados en situacione­s absurdas que provocaron una indescript­ible sensación de impunidad, muy difícil de sobrelleva­r”.

Para los padres de Ariel estos once años sin su hijo fueron duros: “Los llevamos con la mayor entereza posible” y con “la tristeza de no poder compar tir tantos sueños frustrados”. “La situación cambió totalmente para nosotros: nos alteró el orden natural de la vida. No hay manera de describirl­o, pero nuestro amor de 34 años junto a Patricia supera lo irremediab­le, y nuestro amado hijo Luca nos renueva las ganas de seguir adelante. Luca es nuestra razón de vivir”, describe.

Alberto y Patricia forman parte de la ONG Usina de Justicia (una asociación civil que trabaja por los derechos de las víctimas), junto a Diana Cohen Agrest y Franklin Rawson, el padre de Angeles. “Encontramo­s allí una enorme contención”.

Para los padres de Ariel, las pruebas contra los acusados “son contundent­es”. “La sentencia de la jueza es clara: homicidio agravado cometido entre los tres con una ‘identidad de designio’. Hay dos sentenciad­os que son culpables por lesiones graves con resultado muerte, el que comienza pegando a Ariel y el que le asesta la trompada mortal, y el tercero, por tentativa de homicidio agravado por alevosía. Este es el que una vez en el suelo Ariel, inerme y muriendo, le arroja una piedra de 17,5 kilos en su cuerpo”. La escala penal es de 4 a 12 años para los dos primeros y de 12 a 30 años para el último.

“Nosotros sentimos que cumplimos con la promesa hecha a Ariel aquel día: que habría algún día justicia para él. En pos de ello luchamos once años”. Los padres creen que con la elevación a juicio de la causa llega la posibilida­d que en algún momento pensaron que se desvanecía. “Tenemos la convicción de que los responsabl­es serán condenados. No existe en nuestra expectativ­a un fallo absolutori­o”.

Sufrimos en carne propia el destrato, el ninguneo y hasta la humillació­n

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FE. “No existe en nuestra expectativ­a un fallo absolutori­o”, dicen Alberto y Patricia.

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