SERRAT, VIDENTE
“Disculpe el señor, se nos llenó de pobres el recibidor y no paran de llegar”, decía el inmenso Nano hace unos años en una de sus tantas geniales canciones cargadas de finas ironías. La representación y el sentido profundo de aquélla revivieron el viernes 21 por la noche en la casa que habita la gobernadora de Santa Cruz, quien se encontraba acompañada por la ex presidenta de “todos y todas”. La gente, que se manifestaba al grito de “queremos cobrar”, logró traspasar las rejas de protección y hasta defecó en los jardines de Alicia, que no está viviendo en el país de las maravillas. Por suerte, Cristina –que en aquella primera aparición tras la muerte de Nisman nos dejó un “qué habrá llevado a este muchacho a