tendencia en la Feria del Libro: crece la participación de editores sub 35
“¿Me lo puedo llevar? ¿En serio?”, preguntaba asombrada Julieta al bajarse de un taxi con un ejemplar de Cuentos de fútbol, de Roberto Fontanarrosa, en la mano. Es que, desde la semana pasada, más de cien taxis porteños se convirtieron en bibliotecas móviles. Los pasajeros pueden leer durante el trayecto del viaje o llevárselos y devolverlos al próximo auto que tomen a través de la app Easy Ta- xi, que desarrolló la iniciativa junto a la Fundación El Libro en el marco de una nueva edición de la Feria Internacional del Libro. Pero esperan que los choferes, entusiasmados, mantengan el servicio durante varios meses más.
Los Bibliotaxis –así los bautizaron– tienen un kit en el asiento trasero del acompañante con entre siete y diez libros para chicos, jóvenes y adultos, donados en su mayoría por la misma fundación que organiza la FIL pero, en mu- chos casos, reforzados con los aportes de los mismos conductores. Además de la presencia de ejemplares en papel, los usuarios pueden también descargar libros de manera digital a través de los diferentes códigos QR y escanear los diversos títulos disponibles.
“Cuando sube un pasajero al taxi no tiene mucho más para hacer, salvo que viva pendiente de su celular. Nos pareció interesante sumar este servicio en Buenos Aires, ya que sabemos que es una de las metrópolis que tienen predilección por la lectura”, aseguró Angelo Delle Piane, gerente general de la filial local de la plataforma.
El proyecto de Bibliotaxis –o “lectura en movimiento”– se creó en 2012 gracias a la iniciativa de un periodista brasileño, que buscó fomentar el gusto por la lectura en los pasajeros de taxis que integran la red de la plataforma en la ciudad de San Pablo. Tras la buena repercusión que tuvo, se llevó a Ecuador, Chile, Colombia y Perú.