De Petrobras y Odeberecht a JBS
—¿El sacudón político en Brasil es hijo de la crisis económica, o la crisis económica gatilla los temblores políticos?
—Si bien Brasil está en una depresión profunda hace tres o cuatro años, no tiene un problema externo grave, no se está disparando el tipo de cambio, hay muchas reservas internacionales. Si esto fuera una cuestión meramente económica, no se justificaría semejante crisis política. Ya desde 2011 se empieza a ver una alta tensión política-social que lleva a un conjunto de medidas que conducen a la recesión y agravan el panorama político.
—En cada escándalo hay una empresa: Petrobras, Odebrecht, JBS.
—Es indudable que todos estos escándalos están vinculados con negocios. Odebrecht con la obra pública, influyendo en el Lava Jato y en Petrobras, que es una empresa semipública. En el caso de Petrobras, el escándalo de corrupción y la utilización política del mismo paró la Petrobras, que representaba más o menos el 10% de la inversión en Brasil, con muchísimos efectos multiplicadores.