Perfil (Domingo)

Una historia de amor en la que nadie es perfecto

Aun con la presión de hacer la obra que interpreta­ron Susana y Darín, se animaron y hoy es un éxito. Confiesan sus temores y agradecen el suceso. El graba en la TV Pública Cuéntame cómo pasó, y ella espera que la llamen del cine.

- ANA SEOANE

El inicio fue en 1959, cuando Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon filmaron Una Eva y dos Adanes. Después, en la década del 70 llegó la comedia musical, y en 1989 Buenos Aires tuvo su propio Sugar con Susana Giménez, Arturo Puig y Ricardo Darín en el Lola Membrives. La misma sala a la que volvió con nuevo elenco, encabezado ahora por Griselda Siciliani, Nicolás Cabré y Federico D’Elía. Dos de sus protagonis­tas dialogaron antes de una función.

—¿Pesó el fantasma de la película o la versión teatral anterior? SICILI A NI:

En parte sí, porque todos los que vieron tanto la película, que es un clásico, como la obra de teatro saben de esas referencia­s. A Susana no la vi, sólo me pasaron algunas escenas de un video. Ella es muy luminosa y querida por todo el mundo. Fue una presión muy grande. Este Sugar es otro y lo abordé como cualquier actriz que asume otro papel.

CABRE: Teníamos la bendición de Ricardo (Darín), que vino a verla antes. No lo viví como presión, pero sí sentíamos que no debíamos defraudar a los que la vieron y sabían de qué se trataba. No sufrí porque cada actor tiene su estilo, Darín es Darín y Susana es Susana. Aquí se actualizó y me dejaron jugar para mostrar a esta Violeta del lado que lo quería hacer. Me di cuenta y creo que es la primera vez que siento que este espectácul­o es

“Creí que no se harían musicales de este nivel. Me sorprendió lo de Gustavo.” (Siciliani)

un coche último modelo, no es de segunda mano. Aquí cada uno es número uno.

— ¿Cómo se prepararon para hacer “Sugar”?

C:

No es El fantasma de la Opera o Cats, musicales pensados para cantantes; éste es como los de antes, escrito más para actores, como eran Jerry Lewis o Dean Martin. Aquí hasta por simpatía y justificac­ión del argumento se sabe que estos dos personajes no tienen por qué bailar y cantar. Más de lo que hicimos –Fede-

rico y yo– no podríamos hacer y tenemos la libertad de poder jugar entre nosotros.

S: La comedia musical requiere que conozcas muchos lenguajes, por lo menos canto, danza y actuación. Nico y Fede no son ni cantantes ni bailarines, y sin embargo están muy bien porque son actores. A mí me pasó cuando empecé en la actuación, todo lo abordaba por la danza; pienso que a los otros les puede pasar por otro camino.

—¿Dejaron de aceptar proyectos dramáticos para inclinarse a las comedias?

S:

Creo que no, lo que pasa es que todo lo que tenga música me atrae más como intérprete, como público me da igual. Pero para repetir todas las noches elijo la música. Llegará el momento de hacer obras de texto. Nunca hasta ahora encontré algo que me enloquecie­ra. Creí que este año no se iba a hacer este nivel de musicales. Me sorprendió mucho el llamado de Gustavo (Yankelevic­h) y trabajé mucho para quitarme la incertidum­bre.

C: No siempre se puede elegir. Las propuestas apare- cen cuando deben hacerlo, a veces se dan. El año pasado hice con Gustavo (Yankelevic­h) El quilombero, y esta vez me propuso Sugar y me cerraba perfecto. Es un lugar donde quiero estar, con la gente del teatro Lola Membrives, que mi hija ya conoce. No siempre decido tanto. No soy productor, hoy hago una comedia musical. Primero se me acercó Arturo (Puig) y me preguntó si haría un musical, y dije “ni loco”; pero después llegaron con esta propuesta y acepté. Hoy disfruto las cosas de otra manera y con otra cabeza, con el corazón más tranquilo. Puedo darme cuenta de que debo aceptar estos fenómenos inexplicab­les.

— ¿El público tiene una reacción distinta por ser musical?

C:

Hoy no es tan fácil sacar una entrada. Cuando la gente

se da cuenta de que aquí hay trabajo lo vive con mucha alegría. Este es mi primer musical y lo paso diferente, con la energía de tener una orquesta en vivo. No sé si es que estoy más grande, pero me permito disfrutar el venir al teatro como nunca antes me pasaba. Me parece que eso se nota y doy gracias de que nos esté pasando esta realidad a todos. Miro a Griselda, a Federico, a los grandes tuvieron que adaptarse a nosotros, tanto Gerardo Gardelin (director musical) como Gustavo Wons (coreógrafo). Nos ayudaron, siempre tuvieron buena onda.

—¿Por tu familia tenés una militancia con respecto al tema docente?

S: No diría militancia, me da pudor; sólo me he expresado a favor de la educación. Respeto a los militantes por su tiempo y compromiso. Lo que pasa es que lo que digo repercute porque soy conocida. Me expresé porque es un tema muy cercano. Soy docente, maestra de danza, recibida en el Conservato­rio. Estudié diez años y mi título me habilita a enseñar. Di clases cuando empecé en una escuela primaria, pero no tengo la verdadera vocación. Lo hice, bastante bien, pero no era lo mío. Al tener una familia donde predominan los docentes la presión era mayor. —¿Y la televisión?

S: Lo veo difícil, porque me gusta hacer una cosa por vez. El año pasado me tocó un programa muy importante y exigido. Soy de ponerme una camiseta y tengo a mi hija. No me da para hacer dos trabajos tan intensos. Tengo ganas de hacer cine; tal vez el año próximo pueda concretarl­o. C: Estoy grabando Cuénta

me cómo pasó para la Televisión Pública; es un formato español: allí comienza con la caída de Franco pero aquí empezará con la muerte de Perón. Es la historia de una familia que se ve cruzada por los acontecimi­entos del país. Interpreto el mismo papel de Imanol Arias; arranco con 40 años y luego deberé envejecer. Hoy por hoy tengo la suerte de poder elegir los lugares en los que quiero estar. No creí que pudiera compartir teatro y televisión, pero no pude negarme por lo interesant­e que era el proyecto, y sabía que lo iba a pasar bien. Serán cinco o seis meses de grabacione­s y corridas. Estoy contento y cómodo, quiero contar esta historia, estar alejado del rating y centrado sólo en hacer un buen programa de televisión. Se trabaja de manera plácida, no hay presión y la historia es la que se quiere contar. No empezás siendo fletero y terminás siendo detective. No es lo mismo que en un canal privado, donde el rating es muy importante. Y no me pierdo nada, porque me respetaron los horarios de mi hija. Eso lo agradezco mucho y me hace estar feliz.

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TV Y TEATRO.
 ??  ?? Siciliani y Lamothe en Educando a Nina;
Siciliani y Lamothe en Educando a Nina;
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con Carlos Casella en
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FOTOS: CEDOC PERFIL que dirigió Alejandro Maci, y junto a Luis Ziembrowsk­i en la obra El quilombero.
 ??  ?? SU. Siciliani y Cabré con la diva, que los bancó.
SU. Siciliani y Cabré con la diva, que los bancó.
 ??  ?? Nicolás Cabré en Variacione­s Walsh,
Nicolás Cabré en Variacione­s Walsh,
 ??  ?? el musical Sputza.
el musical Sputza.

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