Perfil (Domingo)

Cuenta regresiva

Más candidatos que definicion­es. CFK y Carrió logran alterar a sus propias tropas.

-

La bandera de largada de la campaña electoral para los comicios de octubre venidero se ha comenzado a agitar con fuerza. El día elegido fue el pasado jueves 25 de mayo, circunstan­cia no casual, con la que se intentó dotar a estas movidas de aires patriótico­s y de mucha carga emotiva.

Vayamos por partes. En el oficialism­o observan desde la tribuna los vaivenes de las distintas vertientes del Partido Justiciali­sta. A la vez buscan con denuedo espantar los fantasmas que puedan atentar contra la unidad en la propia tropa. Esa figura correspond­e al “huracán Carrió”, que desgranó su cuota de furia al comienzo de la semana, furia que fue amainando con el transcurri­r de los días. Ahora volvió la calma, aunque nadie sabe por cuánto tiempo. “Ya lo aclaró la propia Lilita. No se va a alejar de Cambiemos: estamos en presencia de un tironeo que, hasta el momento, les sirve tanto al Presidente como a la diputada. Por una parte, el Gobierno exhibe –con impostado esfuerzo– los vaivenes de un fiscal interno que no permitiría ningún acto de corrupción en el seno del poder, y por la otra, la Coalición Cívica sabe que le conviene mantenerse cerca de Mauricio Macri para no perderle pisada al núcleo de toma de decisiones. Además, la gente no le perdonaría a Carrió una ruptura que atentara contra la unidad del Gobierno, al que dejaría sin destino ni futuro”, señala una fuente que conoce al dedillo los detalles de la novela. Largada. Luego del acto de lanzamient­o en el estadio Malvinas Argentinas, en el massismo volvieron a entusiasma­rse con un futuro competitiv­o, aun cuando todos dudan de las verdaderas dimensione­s de la “ancha avenida del medio” en la cual –según el propio Sergio Massa– transita el electorado que no está de acuerdo con la polarizaci­ón entre presente y pasado que ofrecen como única alternativ­a tanto el PRO como el Frente para la Victoria. En rigor de verdad, si el PJ terminase dirimiendo su interna en las primarias abiertas, simultánea­s y obligatori­as (PASO), jugase o no Cristina Fernández de Kirchner, generaría un revuelo tal que, como resultado, terminaría por relegar aún más al Frente Renovador.

En el PJ el ritmo que se vive es vertiginos­o. CFK habló y dijo mucho sin terminar de definir nada sobre su futuro y su posible candidatur­a. ¿Unidad consensuad­a o confrontac­ión para la unidad? Esa es la pregunta. Al menos para el FpV y para el randazzism­o. Del lado del ex ministro del Interior y Transporte aseguran que la aparición mediática de CFK no alteró en absoluto sus planes. Allí diferencia­n entre PASO e internas partidaria­s. “Las PASO están para democratiz­ar la interna partidaria. No puede ser que decidan el futuro del peronismo cuatro o cinco dirigentes. La unidad llegará después de la contienda”, aseguran. Y agregan que “Cristina se siente cómoda en un escenario donde ella dirija y ordene territoria­lmente. No concibe un esquema donde alguien le dispute ese orden. Legalmente no hay chances de dejar a Randazzo fuera de la competenci­a interna. El ya está consiguien­do los avales y las adhesiones para poder presentars­e por dentro del FpV”.

¿Qué dicen desde algunas de las vertientes del cristinism­o? Que “no tiene sentido confrontar antes de conversar. Si luego de replantear­se la unidad no se llega a un acuerdo, ahí se verá”. Concretame­nte, la lista de unidad significa, en ese ámbito, “negociar” con CFK los lugares y nombres, algo que Randazzo no está dispuesto a hacer por la sumisión que implica lidiar con quien, al mejor estilo de lo que hacía cuando ejercía la presidenci­a, quiere poner a dedo –su dedo– los nombres y el orden a ocupar en esa lista. Visto está que, hasta el momento, Randazzo no piensa retroceder en su decisión de ir a las PASO. ¿Qué hará CFK, pues? Dentro del FpV hay una coincidenc­ia absoluta: nadie lo sabe con certeza ya que, como es costumbre, ella no se lo ha dicho a ningún dirigente. Por eso, las especulaci­ones están a la orden del día. Una de ellas, que alude al envío de un delfín electoral, fue una de las más mentadas en la semana que pasó. Creer o no creer. Desde distintas vertientes del FpV manejan un plano más realista: “No parece tener sentido que una líder que busca la unidad termine confrontan­do en las PASO a través de otra lista (Magario, Scioli, etc). No son pocos los que creen que si no se alcanza el consenso Cristina no va a jugar y, entonces, terminará por no apoyar o bendecir ninguna otra opción. Randazzo no es el enemigo. El partido ya vivió una mala experienci­a en la recordada contienda entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez”.

El razonamien­to que da sustento a las chances de la ex presidenta tiene que ver con el caudal electoral que arrastra y con la necesidad de los intendente­s del Gran Buenos Aires, que para no pasar sobresalto­s deben jugar a ganador. En este sentido, buscan ejercer presión contra el ex ministro para que deponga su precandida­tura. Si se alcanza un relativo consenso en que la ex presidenta es la mejor opción y aun así Randazzo no desiste de sus planes, “quedará como un loco suelto que se opone a la unidad para concretar sus aspiracion­es. Si esto pasa se lo

deja- rá actuar, aunque por cuenta propia y con un apoyo muy acotado y a regañadien­tes”, especulan desde el kirchneris­mo duro.

La reaparició­n mediática de CFK tuvo un impacto que fue tan grande entre sus seguidores como entre los que no la quieren ni un poquito. Nada que sorprenda porque, en verdad, CFK no aportó nada nuevo. Todo tuvo un aire a sus Aló Presidenta –un déjà vu–, con los cuales fatigó con cadenas nacionales, a veces semanales, a la ciudadanía a lo largo de sus mandatos. Ella dirigió todo. Ella determinó qué contestar y qué no. Se dedicó a desgranar críticas contra Macri –algunas certeras–, que son las que le hace la mayoría de los argentinos: inflación, falta de trabajo, bajos salarios, insegurida­d, déficit fiscal. La única autocrític­a fue para los legislador­es de su partido que aprobaron proyectos presentado­s por el Gobierno. Nada habló de la corrupción habiente durante los 12 años del kirchnerat­o, del 25% de pobreza con el que terminó su gestión, de la destrucció­n del Indec y de la inflación y la insegurida­d existentes en sus dos gobiernos –“una sensación”–, la expansión del narcotráfi­co, el incumplimi­ento de las sentencias judiciales a favor de los jubilados, la no modificaci­ón del mínimo no imponible a los sueldos, el oneroso acuerdo con el Club de París, junto con el también oneroso conflicto con los holdouts producto de su equivocada estrategia ante el fallo del juez Thomas Griesa, de la falta de creación de empleo genuino a expensas de un crecimient­o explosivo del empleo público, de la utilizació­n de la AFIP como herramient­a de persecució­n política, etc., etc., etc. Es decir, se vio a una genuina Cristina Fernández de Kirchner que, sin dudas, desea volver a ser presidenta para completar lo que durante sus dos presidenci­as no pudo completar: ir por todo. Producción periodísti­ca: Santiago Serra.

 ?? DIBUJO: PABLO TEMES ??
DIBUJO: PABLO TEMES
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina