Perfil (Domingo)

“no tengo vocación de millonario”

nominado al Martín Fierro por su labor en La Leona, protagoniz­a con Paula Cancio Doble o nada en la Comedia. Cuenta que lleva 16 mudanzas desde que volvió a Buenos Aires.

- ANA SEOANE

Se dieron a conocer las ternas televisiva­s de los premios Martín Fierro y Miguel Angel Solá está nominado en el rubro mejor actor de reparto por su trabajo en La Leona. “Me dejó un muy buen recuerdo. Fue brillante el trabajo de los autores, directores y las actuacione­s. Parecían unitarios realizados en quince días. Sufrimos una especie de boicot, primero desde el Gobierno, el segundo desde Telefe, supongo que políticame­nte pensó que no le convenía. Fue la serie más vista en internet y la siguieron más de un millón de persona a pesar de los cambios de horario. La gente sacrificab­a su sueño para ver qué pasaba en la tira. Artísticam­ente fue fantástico. Le agradezco mucho a la productora El Arbol, fueron muy generosos con nosotros, con Paula y conmigo. Siento que los medios de comunicaci­ón la ralearon, sólo me hicieron una entrevista sobre el programa y muchas veces sacaba yo el tema”.

Desde el año pasado comparte con más intensidad y continuida­d su profesión entre España y Argentina; tanto es así que volvió al escenario con su actual mujer, Paula Cancio, en Doble o nada, hasta ahora la obra de teatro más conocida de la dramaturga mexicana Sabina Berman. “Ella es muy inteligent­e –subraya Solá–. Revisó cuáles fueron los puntos coincident­es en los distintos lugares donde el texto se presentó. La estrenamos en España con acento español, mientras que aquí hay una española, Paula, y un argentino. La métrica original es mexicana. Nos costó encontrar sala en Madrid, lo mismo pasó en Buenos Aires. Este espectácul­o se puede dar gracias a la insistenci­a de quienes están a cargo del teatro La Comedia. Hay muchos espectácul­os en cartel con gran despliegue publicitar io, nosotros nos apoyamos en el boca a boca”.

“Diferencio muy bien lo que es el periodismo con las empresas periodísti­cas –analiza sobre los dos protagonis­tas que trabajan para un diario–. Fui amigo de Galeano, de Benedetti, sé lo que es un periodista, pero uno nunca ve las caras verdaderas del poder. Los cobayos somos siempre nosotros. Con los periodista­s no tengo problemas, siempre que haya educación, preguntan y contesto. Puedo encarnar a este personaje porque lo comprendo para interpreta­rlo, no para ser mi guía de vida. Fue un hombre que estuvo en las trincheras, en los movimiento­s humanistas del siglo XX, pero en un momento cambió su destino y sus principios. Siento que es un gran actor, son actuadores, para llegar a ese lugar de poder deben serlo. Hoy en día los grandes empresario­s tienen profesores de teatro, en la época menemista era sólo peinado…ahora les ponen discursos en la boca, aprendiero­n a

“Sufrimos (en La Leona) una especie de boicot, primero desde el Gobierno, y desde Telefe.”

actuar, aunque un solo papel”. “Me hubiera encantado ser millonario –responde Solá cuando se le pregunta por las fantasías de la gente–, pero no tengo vocación. No lo hice bien, ni lo sabré hacer. Admiro a quienes lo saben hacer sin robarles a los demás, a los otros los evito y si lo sé no me siento en la misma mesa. Hay gente que me para por la ca- lle y me dice “lo vi en Equus” y le con- testo “¿qué tal, le gustó?” y me responde “me fascinó”. Después le pregunto qué más vio mío y me dice que no va al teatro. Tengo la mala costumbre de comer todos los días… y eso se compra con dinero, el que gano con la venta de las entradas. No soy vendedor. Tal vez deberíamos decir que es la última vez que voy a trabajar… ¿no vendrías si lo creyeras? La obra es hermosa, el teatro está muy bien ubicado, no hay nunca cortes… vale la pena… no sé qué más decir…”.

“Llevamos 16 mudanzas en tres años y medio, tanto en Argentina como en España. Todo depende de la capacidad de ayuda que podemos conseguir. Criar a una niña de tres años y medio es complicado para Paula, que es muy joven, y más aún para mí, que estoy en edad de bisabuelo. Llevamos siempre tres valijas, y el resto queda donde nos prestan lugar. ¿Las biblioteca­s? Tengo memoria para los libros que he querido”, finaliza.

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FOTOS. PABLO CUARTEROLO GENIO. Miguel Angel Solá, ejemplo para las jóvenes generacion­es que pueden verlo en Doble o nada.
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MOMENTOS. Miguel A. Solá con su mujer, la española Paula Cancio, en dos escenas, una en La Leona, otra en el
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