Un estudio social que permitirá avanzar en las políticas públicas
Viene de pág. 63 grandes con pequeñas variaciones. Obviamente, esto no sucede con la indigencia. Pero sí se notan diferencias importantes como pequeños cambios en la línea que se elija. Vemos grandes cambios en los chicos de hogares que están en el borde de la línea de pobreza. La pendiente es muy inclinada. Un cambio del 10% puede hacer variar en 10 puntos la cantidad de pobres que se establecen. Políticas. Otro de los elementos para el análisis es que “algo llamativo de la situación de la pobreza en la niñez en la Argentina es la gran concentración de los niños pobres en los estratos de ingresos más bajos. Así, el ingreso promedio del 20% más pobre de la población es de $ 7.800 y por debajo de ese ingreso familiar se encuentra el 96% de los niños que están en la pobreza extrema. Esto conduce precisamente a predecir que cualquier modificación positiva respecto de la línea de pobreza extrema (por aumento en los ingresos o reducción del valor de la canasta) provocaría una gran reducción, debido a lo empinado de la distribución en torno a ese punto”.
El informe culmina con algunas sugerencias de política pública. Transferencias como las de la AUH siguen estableciendo diferencias significativas: “Por ejemplo, las transferencias que perciben los grupos en mayor riesgo o vulnerabilidad (madres jóvenes, con bajo nivel educativo y problemas de inserción laboral) reducen la pobreza extrema en valores que oscilan entre un 32% y un 36%, mientras que las transferencias que perciben personas también pobres, pero con ingresos más altos que los anteriores, tienen un efecto menor sobre los niveles de pobreza, que oscilan entre un 9% y un 10%. En cualquier caso, y teniendo en cuenta el actual espacio fiscal, podría analizarse cuál es el incremento necesario en las asignaciones monetarias para reducir la pobreza extrema”.
Los especialistas consideran que es muy probable que, al bajar la inflación y los sueldos se mantengan o, incluso, la superen aunque sea levemente, “es probable que varíen estos números”.
“Pero hay un elemento que no se tiene en cuenta, que es que en estas consideraciones no se valora a los chicos que viven en un hogar cuyos padres no tienen empleo formal. Los chicos que viven con su papá o su mamá desocupados son los que peor viven en este momento. Aunque es cierto que aún la tasa de desocupación es baja. Multidimensional. Los especialistas señalan que se necesita precisar estos datos desde un nuevo enfoque de lo que es la pobreza. “Hay que hacer una investigación a través de categorías ligadas a derechos. La Encuesta Permamente de Hogares mira solamente algunas cosas. Aplicando otro tipo de miradas, se pueden analizar 28 indicadores, ligados a diez derechos consagrados de los chicos. La situación fiscal de la Argentina es compleja. Pero recortar en estos aspectos puede llevar casi de i n med iato a que estos números, de por sí preocupantes, aumenten aún más.
Tal como el mismo informe concluye, la idea de pobreza tiende a complejizarse, y a su vez hace aún más complejas las soluciones posibles. Una mirada multidimensional permitiría establecer políticas con efectos aún más eficaces.
Lo cierto es que conocer este tipo datos revela cuáles son las discusiones más relevantes en Argentina. Y qué brecha es preciso cerrar urgentemente. El estudio presentado concluye con los siguientes comentarios, que permiten imaginar políticas públicas. Las grandes diferencias observadas según las características del jefe o jefa de hogar en situación de pobreza y pobreza extrema abren una oportunidad para definir políticas específicas para algunos grupos poblacionales y tener un gran impacto sobre la pobreza. Por ejemplo, este trabajo muestra que la pobreza extrema afecta más a mujeres, jefas de hogar, principalmente jóvenes, de bajo nivel educativo y con problemas de inserción laboral o de inserción laboral adecuada (desempleados y trabajadores informales). Del mismo modo, algún tipo de segmentación en la implementación de políticas para hogares monoparentales tendría efectos positivos en la reducción de la pobreza.
Al tratarse de pobreza monetaria, las políticas orientadas a reducir la inflación y situarla debajo de los aumentos en las remuneraciones tendrían un efecto en los niveles de pobreza infantil, aunque no tanto sobre la situación de los niños cuyos padres están por fuera del mercado laboral, donde se requiere reforzar las políticas de protección social en un sentido amplio.
Esto es claro si se analiza el efecto de las transferencias sobre la pobreza y la pobreza extrema. Por ejemplo, las transferencias que perciben los grupos en mayor riesgo o vulnerabilidad (madres jóvenes, con bajo nivel educativo y problemas de inserción laboral) reducen la pobreza extrema en valores que oscilan entre un 32% y un 36%, mientras que las transferencias que perciben personas también pobres, pero con ingresos más altos que los anteriores, tienen un efecto menor sobre los niveles de pobreza, que oscilan entre un 9% y un 10%. En cualquier caso, y teniendo en cuenta el actual espacio fiscal, podría analizarse cuál es el
el ingreso promedio del 20% más pobre de la población es de $ 7.800. Por debajo de ese ingreso familiar se encuentra el 96% de los niños que están en la pobreza extrema
incremento necesario en las asignaciones monetarias para reducir la pobreza extrema. La fuerte concentración de niñas y niños en situación de pobreza en torno a ingresos familiares muy bajos, si bien es una preocupación, también brinda una oportunidad para la política pública, en la medida en que los aumentos de los ingresos en el tramo bajo de la distribución, sea por trabajo o transferencias, tiene un poder importante para reducir la pobreza en general y la pobreza extrema en particular. Finalmente, hay consenso a nivel internacional sobre que, si bien las mediciones de la pobreza basadas en el ingreso de los hogares son relevantes, es necesario también incluir en el análisis dimensiones que trascienden los aspectos monetarios del bienestar, como la vivienda, el saneamiento básico, vivir en un entorno de protección y otros aspectos de la vida de las personas. Por ello es tan importante avanzar en la medición multidimensional de la pobreza infantil y generar políticas que consideren su estructura y los múltiples factores que la determinan.