Perfil (Domingo)

Gobierno teme que más protestas y psicosis de ajuste calienten el clima

En el Gobierno están atentos a nuevos piquetes violentos. Y buscan evitar que se instale la idea de un feroz recorte post elecciones. macri bajó línea para “sostener la esperanza”.

- ANDRéS FIDANZA

No descarta que el gran piquete porteño de esta semana sea el inicio de una escalada de agitación preelector­al organizada. Evaluación de la acción policial y política: hasta dónde polarizar.

Un año y siete meses después de haber asumido, con la campaña electoral iniciada de facto, Mauricio Macri ensayó un ligero cambio de discurso. O mejor dicho, lo ajustó: a la promesa de cambio le sumó el pedido de mantener la esperanza. El viernes, durante una cena con foto grupal en la quinta de Olivos, fue una de las palabritas que más repitió ante el pelotón de candidatos de Cambiemos. En su intento de meter mística en la tropa, y a la vez bajar algo parecido a una línea conceptual, pivoteó sobre la esperanza: recomendó promoverla, fortalecer­la y hacerla crecer entre “la gente”.

En Casa Rosada ven por lo menos cuatro amenazas que podrían poner en aprietos la estrategia electoral: que se desnatural­ice la campaña por las protestas de grupos kirchneris­tas, que se instale la idea de que se viene un ajustazo, que por la polarizaci­ón Cristina Kirchner crezca demasiado, y que esté sobreestim­ada la capacidad de trasladar la imagen de María Eugenia Vidal a sus candidatos.

Ese viaje en el speech presidenci­al, desde la propuesta de cambio a la invitación a sostener la esperanza (o directamen­te a no perderla), explica el actual momento del gobierno. Sin grandes logros económicos a la vista, el macrismo busca renovar su contrato con electorado. En especial con esa porción, o al menos una parte, que le prestó el voto en el ballottage. Hasta el año pasado, a los voceros oficialist­as les resultaba más efectivo el pedido de paciencia. Ahora, el principal riesgo del Gobierno es que ese recurso ya no resulte creíble.

Por debajo de ese desafío, los estrategas de Cambiemos juegan partidas simultánea­s. La más ambigua de todas es la referida al posible ajuste postelecto­ral. Porque si bien lo minimizan en público, al punto de pretender sacarlo de la agenda, en privado reconocen que intentarán reducir el déficit.

“No hay que agitar ni temer fantasmas de grandes ajustes”, afirmó Marcos Peña en el Senado, durante su segundo informe sobre el rumbo del gobierno. La frase apuntó a desactivar uno de los argumentos más usados por la oposición,

tanto la kirchneris­ta, como la massista, la randazzist­a y la de la izquierda.

“Van a tratar de corrernos por ahí, pero la gente está entendiend­o que es la única forma de salir seriamente. Es doloroso, pero es la única salida que hay, con el desastre que nos dejaron los K”, reconoce un asesor de Macri. Y a la pasada contradice parcialmen­te la promesa de Peña.

Sobre las protestas callejeras y escraches crecientes, el oficialism­o ve una oportunida­d, antes que un peligro: diferencia­rse del kirchneris­mo, al que perciben como “sacado y dispuesto a todo”.

El reciente desalojo policial sobre la 9 de Julio sirvió para reafirmar la postura del Gobierno en favor de reprimir los cortes y los piquetes. La repercusió­n mediática y el clima en las redes sociales, seguido sin falta desde Casa Rosada, terminaron por despejar algunas dudas internas. Sobre todo las que tenía Horacio Rodríguez Larreta, quien a diferencia de Macri no estaba tan convencido de ordenar el desalojo. Al menos por ahora, en la decisión de reprimir coinciden la convenienc­ia política y la opinión presidenci­al.

Otro riesgo electoral que identifica­n en la Rosada es exagerar con la estrategia de la polarizaci­ón. Si bien el macrismo aprovechó al máximo el juego de los contrastes con el kirchneris­mo, esta vez prefiere despersona­lizar la rivalidad con Cristina. El lenguaje de la grieta podría ser ineficaz para seducir a los votantes que no encajan en ninguno de los dos sectores. El otro peligro para Cambiemos es levantar a la ex presidenta por sobre los demás candidatos y espacios peronistas: el Frente Renovador de Sergio Massa y el espacio Cumplir de Florencio Randazzo.

Ni Macri, ni Vidal ni sus candidatos confrontar­án directamen­te con CFK. En la cena de Olivos, los postulante­s a diputados y senadores, como Graciela Ocaña y Esteban Bullrich, ya recibieron esa sugerencia. Y a su vez escucharon otro tip: en Capital y provincia de Buenos Aires, donde ya empezaron las recorridas de campaña, el plan oficialist­a es transmitir la idea de equipo. El objetivo es que la imagen positiva de Vidal se vuelque efectivame­nte sobre los candidatos.

Así, en lugar de medirse de forma excluyente con Cristina Kirchner y su frente Unidad Ciudadana, el oficialism­o ofertará un corte genérico entre pasado y futuro, englobando a las tres variantes del peronismo opositor.

“Los tres vienen de la misma matriz sistémica de lo peor del PJ bonaerense que ha gobernado la Provincia en los últimos treinta años. Con matices, al final del día, todos se igualan al kirchneris­mo”, blanqueó Marcos Peña en una entrevista con PERFIL. En adelante, los cuestionam­ientos a CFK vendrán con críticas atadas para Massa y Randazzo.

El viernes, en Olivos, Macri recomendó no confrontar con Cristina Kirchner

 ??  ?? el nuevo poder de Quebracho. Tuvo su bautismo de choque como jefe en el reciente corte de la 9 de Julio. Militancia y contactos de Germán Lovari Marx, 35 años, el hombre que tomó el lugar de Esteche.
el nuevo poder de Quebracho. Tuvo su bautismo de choque como jefe en el reciente corte de la 9 de Julio. Militancia y contactos de Germán Lovari Marx, 35 años, el hombre que tomó el lugar de Esteche.
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Cristina sumará otra acusación y pedido de indagatori­a antes de las PASO.
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PROTESTAS. El miércoles, en un cambio de paradigma, el Gobierno mandó a la policía a reprimir a piqueteros que quemaron llantas y tiraron piedras en la 9 de Julio. El balance oficial del operativo fue positivo. Pero el riesgo que ven es que ese método de protesta sea replicado por los grupos kirchneris­tas y así se desnatural­ice la campaña electoral.
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FOTOS: PABLO CUARTEROLO

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