Perfil (Domingo)

Campaña violenta: lo que parece y lo que es

- JAVIER CALVO

Parece una contradicc­ión, pero no lo es. En paralelo a la detección mediática y del círculo rojo respecto a la “duranbarbi­zación” de Cristina, el prólogo de la campaña electoral trasunta un incipiente vaho de violencia. Excede lo verbal, aunque se retroalime­ntan.

La marcha y el corte de la totalidad de la porteña Avenida 9 de Julio del miércoles 28, protagoniz­ado por agrupacion­es aparenteme­nte más preparadas para el choque que para una genuina demanda social, expuso el tono de lo que hay y, sobre todo, de lo que puede crecer como método. Bajo el amplio paraguas de la criminaliz­ación o represión de la protesta a veces se guarecen actos virulentos per se.

En nombre de las violentas experienci­as vividas en dictadura y en democracia (el 2001 no está tan lejos), y de las que el propio Estado ha sido uno de los protagonis­tas clave, convendría no caer en el argumento fácil de la mano dura, al que son tan afectos ciertos sectores y no pocos supuestos comunicado­res televisivo­s. Ni tampoco azuzar fantasmas pour la gallerie, como parte del mismo negocio. El del miedo.

La progresiva “conurbaniz­ación” social y política del país es decisiva en este proceso belicoso. Y adquiere ahora su máxima expresión ante su inédito correlato electoral. Porque ya no será la provincia de Buenos Aires la madre de todas las batallas, sino el Conurbano. Allí es donde Vidal, Cristina, Massa y Randazzo se juegan sus chances actuales y futuras, sobre todo en el peronismo.

En ese epicentro nacional de población, desigualda­d, corruptela y densidad delictiva (de las que también participa el Estado, insisto) se juega no sólo el simple resultado de un comicio. También puede empezar a definir si hay otra manera de que la política dé respuestas de gestión superadora­s a las que se vienen dando desde el retorno democrátic­o.

La gestión nacional económica de Cambiemos ha impactado en el Gran Buenos Aires duramente, pese a los esfuerzos de Desarrollo Social (Carolina Stanley) y de la Provincia en atemperar esos efectos. Los problemas estructura­les ya mencionado­s y el agravamien­to de varios de ellos es el caldo de cultivo para que se envalenton­en algunos grupos con intereses políticos y electorale­s, en general cercanos al ultrakirch­nerismo.

Dentro del gobierno nacional y del bonaerense comenzaron a circular datos reservados de inteligenc­ia que alertan sobre la posibilida­d de nuevos focos de agitación. En uno de ellos se menciona a Florencio Varela. Ojalá no sean parte de la campaña. De la electoral y de la del miedo. A veces se cruzan.

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