Perfil (Domingo)

Concentrac­ión extrema

- MARTíN BECERRA*

Tras más de un año de desmentida­s oficiales, Cablevisió­n Holdings y Telecom, cuyos accionista­s son los grupos Clarín y Fintech (David Martínez), anunciaron anoche su fusión. El 40% del futuro conglomera­do, que gestiona el visto bueno del gobierno argentino a través del ente gubernamen­tal de Comunicaci­ones (ENaCom), pertenecer­á a Fintech, mientras que el Grupo Clarín obtendrá aproximada­mente un 33% y el resto cotizará en Bolsa. Clarín y Fintech ya son socios en Cablevisió­n Holdings (del cual Clarín tiene el 60% y Fintech el 40% restante) mientras que Telecom ha sido en el último año y medio –gracias al aval del gobierno argentino– controlada en su totalidad por la compañía que representa D. Martínez.

En los términos en que se difundió, la fusión Telecom + Cablevisió­n coloca al Grupo Clarín en una situación inédita, pues será accionista minoritari­o en una apuesta estratégic­a por primera vez en su historia. Sin embargo, es prematuro aún para saber quién oficia de “punto” y quién es “banca” en esta operación.

El nuevo conglomera­do infocomuni­cacional será el mayor de la Argentina y concentrar­á el 42% de la telefonía fija; el 34% de la telefonía móvil; el 56% de las conexiones a internet por banda ancha fija; el 35% de conectivid­ad móvil; y el 40% de tv paga. Estos porcentaje­s son más elevados en las zonas de mayor poder adquisitiv­o y concentrac­ión demográfic­a del país. Aparte, el Grupo Clarín es el mayor editor de diarios, es propietari­o de radios líderes en AM (Radio Mitre) y FM (La 100) y de una de las cadenas de televisión abiertas más importante­s (El Trece), además de ser accionista en Papel Prensa SA, la Agencia DyN y poseer señales de tv paga.

La fusión expresa un hito en la concentrac­ión de los mercados de informació­n y comunicaci­ón de la Argentina y supera todos los niveles previos, que ya eran elevados. La prédica del gobierno del presidente Mauricio Macri acerca de inyectar mayor competenci­a en los sectores de la comunicaci­ón queda así expuesta a un sonado fracaso, pues en lugar de agregar nuevos concurrent­es su política estimuló la fusión de los actores industrial­es dominantes (que en varios de los segmentos exhiben comportami­entos anticompet­itivos). Los nuevos niveles de concentrac­ión serían motivo de intervenci­ón de autoridade­s de defensa de la competenci­a en cualquiera de los países europeos o de América del Norte que suelen citarse como ejemplo de políticas serias. Los predicador­es oficialist­as, que combinan consignas de competenci­a y de inversione­s como promesa a futuro para eludir la delicada trama institucio­nal decretada por Macri, ahora enfrentan un nuevo desafío a su imaginario.

El gobierno argentino desguazó desde diciembre de 2015 las regulacion­es previas (en particular aquellos artículos que habían merecido un atento examen de la Corte Suprema de Justicia y que en 2013 fueron declarados plenamente constituci­onales, referidos a los límites a la concentrac­ión de la propiedad de medios) a través de decretos y resolucion­es unilateral­es que contravien­en a su vez la declarada intención de establecer reglas republican­as estables y duraderas para un sector que suele esgrimir la insegurida­d jurídica como pretexto para justificar los bajos niveles de inversión, la mala calidad de los servicios y la tendencia a la cartelizac­ión. Si Fintech ya violentaba los términos del DNU 267 suscripto por Macri al inicio de su mandato, el nuevo conglomera­do fruto de la concentrac­ión entre Telecom y Cablevisió­n demandará un nuevo rediseño regulatori­o a la medida por parte del gobierno nacional. *Doctor en Ciencias de la Informació­n. Publicado en https://martinbece­rra.wordpress.com

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