CONCLUSION
como los que nos gobernaron y nos gobiernan. Carlos Galli carlosg1708@yahoo.com.ar Leyendo el libro La política en el siglo XXI, de Jaime Duran Barba y Santiago Nieto, y el libro Argentina, un gigante de rodillas que hay que poner de pie, de Rodolfo F. Marty Peña, llego a la conclusión de que en el país estamos viviendo una real “guerra social” y también cultural. Uno de los bandos es el del “paradigma obsoletos o arcaicos” o sea el del jefe infalible, de estadísticas falsas, fraudes, realidades artificiales, teorías infalibles sin análisis serios, castigando cualquier reflexión que no esté de acuerdo con el jefe, con mucho clientelismo y caudillos autoritarios, donde la Justicia se abraza con la impunidad para fomentar la corrupción gubernamental sin responsabilizar a ninguno. En otras palabras, los que nos acostumbraron a que el presidente que delinquió se postule como senador nacional. Y otro bando, el que busca la verdad, el razonamiento, con un equipo instruido, con su escala de valores de principios morales y honestidad buscando el desarrollo económico y social, y donde el Poder Ejecutivo vele por el bien común, el Poder Legislativo no sea una escribanía y el Poder Judicial, dejando de lado la impunidad, imparta justicia. Sus armas son solamente las palabras verdaderas o mentirosas y el resultado se sabrá luego de las próximas elecciones, porque la sociedad es la que elige qué país quiere. Rubén Peretti rubendperetti@gmail.com gestión se cimentó en relatar futuras obras que nunca se realizaron o se dejaron inconclusas, demostrándose un despilfarro y apropiación de dineros públicos por parte de la mayoría de sus funcionarios, comenzando por la presidenta, a la cual se ha procesado, entre otros cargos por asociación ilícita, mintiendo o tergiversando sobre lo que se hacía o dejaba de hacer, obedeciendo ciegamente a una teoría populista y de clausura de relaciones con el mundo, salvo con los extremismos más profundos. Ante este panorama, nos llama la atención que no se imponga por la razón más evidente la primera de las opciones de gobierno por amplia mayoría y que el apoyo de los argentinos no sea total a la destacada obra de gobierno actual. Si esto no es así, se debe en gran medida, dejando de lado los fanatismos, a que no se ha informado suficientemente al grueso de la población y fundamentalmente a quienes se instruyen por el periodismo escrito o televisivo del saqueo que realizó en las arcas del Estado la gestión anterior, disponiendo a discreción del dinero de todos, en pequeñas cantidades para quienes lo necesitaban o tenían derechos, y el resto para enriquecimiento de quienes tenían la función de administrar. Por el contrario, los informantes no pusieron el énfasis en la gravedad de la corrupción que imperó por más de diez años, sino que permiten que se explayen sin aclaración alguna, con igualdad de trato informativo, y espacios, en medios gráficos y televisivos, como si nada hubiera pasado, o que todo es igual. Fácil es resaltar que para quienes siguen adhiriendo a un relato falso del anterior gobierno y ante la confusión señalada todo es lo mismo, incluso quien respeta la ley y las instituciones o quien gobierna avasallándolas. Hoy más que nunca debemos resaltar y recordar la función educadora y amante de la verdad que debe realizar el periodismo, sin olvidar que ningún derecho es absoluto, ni siquiera la libertad de prensa, sólo reúne ese carácter el derecho a la vida, y ésa debe ser la guía que nos una como nación. Guillermo Erbetta Macgrath erbemac@hotmail.com