Lam, admirada y odiada a la vez
Primera mujer en dirigir el gobierno de Hong Kong, Carrie Lam tiene ante sí una ardua tarea: rebajar las tensiones políticas. Sin embargo, sus opositores temen que agrave las líneas de fractura en la ex colonia británica. Sus simpatizantes alaban su tenacidad y sus competencias. Con 60 años, esta madre de dos hijos hizo carrera en la función pública antes de entrar en política. Ayer, durante su discurso de investidura, aseguró que vivía el momento más importante de su vida y estaba ante un “desafío enorme”. “Mientras sigamos unidos, no tengo ninguna duda de que Hong Kong llegará todavía más alto”, declaró ayer en su dicurso. Hasta principios de año, era la adjunta del jefe del gobierno saliente, Leung Chun-ying. La impopularidad de éste, a quien sus detractores acusaban de ser una marioneta de Beijing, también ha salpicado a Lam. Odiada por el bando demócrata, sus críticos la acusan de ser la “niñera” de Leung (“lai-ma” en cantonés) por la fidelidad que le tenía.