ENTRE FIERROS Y CUADROS
HELMUT MARKO FUE PILOTO Y AHORA ES ABOGADO, ASESOR DE RED BULL Y COLECCIONISTA DE ARTE.
Helmut Marko, asesor del equipo Red Bull, expone en sus dos hoteles más de 800 piezas de arte de su colección personal. El dirigente, que es local este fin de semana en el Gran Premio de Fórmula 1 de Austria, explica que escoge las obras tras “una decisión de las tripas”, acaso la misma intuición que lo llevó a descubrir y a promover talentos como el de Sebastian Vettel, Daniel Ricciardo o, más recientemente, Max Verstappen.
El propio Marko era un talento. Se hizo como piloto junto a Jochen Rindt, con quien asistió a su primera carrera. “Me transmitió el virus de ser piloto”, dice el dirigente de 74 años sobre su amigo, que murió en el Gran Premio de Monza de 1970 y es hasta ahora el único campeón póstumo (ese mismo año) de la máxima categoría.
Él, de su lado, ganó las 24 horas de Le Mans en 1971 y alimentaba la esperanza de una carrera en la Fórmula 1. Pero el sueño terminó abruptamente: en 1972, durante el Gran Pre- mio de Francia, una piedra atravesó su casco y le hizo perder el ojo izquierdo. Desde entonces lleva una prótesis.
Marko, que se graduó como abogado en 1967, entró entonces en la industria hotelera. Pero nunca pudo desvincularse totalmente del automovilismo. Y, como era lógico, volvió. Fue en 2005, como consultor para el equipo de las bebidas energéti- cas, aunque ya antes supervisaba el programa de desarrollo para jóvenes pilotos.
Marko recogió los mejores frutos con Vettel, que entre 2010 y 2013 dominó la categoría reina con cuatro títulos consecutivos. Y no tiene ningún reparo en confrontar a los jefes de los otros equipos grandes de la Fórmula 1. “Solo el señor Wolff (Toto, director deportivo de Mercedes) tiene la paranoia de que debe renunciar a su dominio, aunque solo cambie un pequeño detalle del motor o del chasis”, dijo antes de que arrancara la temporada el austriaco, partidario de la reforma que la Fórmula 1 implementó este año.
Hasta ahora, tanto Mercedes como Ferrari se han adaptado al cambio, que introdujo coches más amplios y pesados, pero no tanto así Red Bull. El Gran Premio de Austria lo seguirá probando, o demostrará un poco lo contrario. El olfato de Marko, en todo caso, seguirá trabajando aquí y allá.