“Transformar la Justicia es más difícil”
El conductor deja entrever que intentaron seducirlo de radio Mitre pero se quedó en La red. Cree que argumentar sobre cada tema reditúa más que ser dogmático.
Tal vez Luis Novaresio sea quien mejor ejecute la difícil tarea de escaparle a la grieta, concepto al que consideró una estupidez al recibir el Martín Fierro a la mejor labor periodística por su trabajo en Desayuno Americano. Con su estilo, el periodista y abogado es uno de los que capitalizó en el último año la fuga de audiencia de Mitre para atraer público a su espacio en la primera mañana en La Red.
—Se está produciendo una ruptura del blanco-negro, de las radios muy encolumnadas en la crítica o el elogio a una gestión. Defiendo al oyente de radio como un espectador más crítico que el del resto de los medios. Sin embargo, la grieta había dogmatizado mucho. Eso está cediendo un poco —explica el rosarino, siempre mencionado para reforzar a la AM del grupo Clarín.
—¿Te quisieron llevar a Mitre?
—Como suele decirse con los romances, los conductores de radio no tenemos memoria (ríe). Tengo amigos en Mitre, empezando por Marcelo Longobardi, a quien quiero y respeto muchísimo. En la dirección también hay gente muy macanuda, pero estoy feliz de trabajar aquí y no pienso en irme, salvo que me echen.
—En tu horario, Mitre tuvo una fuga importante de oyentes. ¿Te sentís responsable de esa pérdida de audiencia?
—No sé si participamos de la misma audiencia. Un oyente de Mitre puede sentirse cómodo con nosotros, pero también el más cr ítico, como el de Radio 10 o Del Plata, puede escuchar nuestro programa y no sentirse agredido. Intentamos algo que garpa más a largo pla zo, que es argumentar sobre cada tema.
—Que no te puedan catalogar, ¿ayuda o complica a la hora de producir?
—A veces te ayuda porque conseguís invitados que los que están dogmatizados no consiguen. Soy muy crítico de la gestión de Cristina Kirchner, pero muchos de sus ministros se sientan a charlar conmigo. Lo mismo me pasa con la actual administración. También te trae problemas, como cuando decidimos invitar a Diego Lagomarsino. Eso generó un problema muy severo. Tengo referencias de que la doctora Arroyo Salgado estaba enojadísima, porque siente que nosotros montamos esto para defender a Lagomarsino.
—¿Vos qué crees que pasó?
—El caso Nisman está en el medio de la grieta. Si sos K decís que se suicidó, si sos Pro que lo mataron. Yo lo he dicho hasta el cansancio. Después de haber leído el expediente, creo que Nisman no se quitó la vida, descarto esa hipótesis. En todo caso, lo llevaron a tomar esa decisión. Si es que no lo mataron…
—¿Es más difícil transformar la Justicia o la política?
—La Justicia. Perdón la generalización, pero es la corporación de poder que más resistió las tradiciones de no transparencia. La Justicia tiene en muchos casos resabios monárquicos.
“Después de haber leído el expediente, creo que Nisman no se quitó la vida, lo descarto.”
—¿Se pueden esperar cambios?
—Soy pesimista. El que debe tomar esa decisión es el poder político, que cada vez que quiere intervenir en la justicia lo hace para ganarse jueces adictos. Para cambiar la Justicia se necesitan dos cosas: políticos que piensen en la próxima generación o y jueces que se convenzan de que son servidores públicos.